*narra Equim*
Nunca más ví a Lucas desde esa tarde que estaba oscurecida, ni a mí anterior yo.
El año estaba por terminar y ya sabía que estaba en segundo del secundario porque todas mis notas académicas eran altas.
Mis compañeras de banco seguían siendo las mismas aburridas de siempre pero leales.
Todas las tardes Ximena contaba algo a cerca de Lucas y de cómo lo habían golpeado por robar una moto, cómo andaba drogado y alcoholizado por todos lados.
Por suerte mi banco estaba lejos de Ximena y mi vida de aquel que me quitó mi inocencia.
Mis compañeras de aula me llamaban a sentarme con ellas porque yo era el gracioso, el que le contestaba de manera sutíl a los profes, a veces iba porque me divertía la idea de ser el centro de atención. Eso llenaba otros vacíos.
Por ser el chico gay afeminado todos los alumnos del colegio tenían algo para decir después de cada recreo. Yo era interiormente famoso así que esos rumores me encantaban porque me hacían único y diferente.
Nunca pude ocultar mi sexualidad, ni mi manera de ser porque siempre la amé. Siempre sentí que sentir amor podía ser a quien yo lo sientiera no a quien un estereotipo con el que me había criado me decía.
-El año que viene espero que nos toque juntos.- Brenda repetía todos los días lo mismo.
Faltaban dos semanas para que terminaran las clases y empezara el verano.
Yo quería serlo todo, que todos me conozcan y sepan cómo era, quien era y que tenía para dar.
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2:30 am (parte I)
JugendliteraturSi hay una brisa que me dice que tenga esperanzas, no soy un chico que disfrute de lo que se parece a todo. He oído decir que cada uno escucha lo que quiere escuchar. ¿Por qué yo siempre escuché lo que me obligaron? Siempre hasta que un día la angus...