De manera delicada y sutíl.

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*Narra Equim*

Nos besamos con mucha pasión cómo descubriendo algo nuevo dentro de nosotros.
No estaba consciente de que estábamos en una calle, no estaba listo para que eso terminará ahí en esa noche, pero no pensé, solo sentí.
-Me encantas.-Me dijo Sebastian Denver, pasando sus manos por mi cuerpo hasta mi cintura.
-Ya no transpiras más.- Respondí pasando mi mano por su cara de manera delicada y sutíl.
Lo besé de nuevo y en el beso sentí que había puesto sus manos por debajo de mi campera e intentaba desprenderme la camisa y apoyaba su bragueta sobre mí.
-Espera, estamos en la calle.-Le dije apartandolo hacia atrás y acomodando mi ropa.
-Perdón, no quería apoyarte así, ni tratar de sacarte la camisa, pero me re cebé- Se rió y yo moría de risa con ganas de verlo desnudo.
Estaba amaneciendo y en la calle Italia, que no pasaba mucha gente decidí irme, todo había sido perfecto y suficiente.
-Me van a matar en casa si están despiertos, voy a irme por acá atrás que me queda cerca.- Le dije empezando a caminar por mi cuenta.
-Espera que voy a buscar el auto y te llevo.-respondió al instante.
-No Sebastian, quiero caminar para bajar adrenalina. Además todos van a empezar a salir ahora del boliche.- Dije mientras el caminaba atrás mío.
-Bueno, caminando entonces.- Llegó hasta mí, me dió vuelta y me volvió a besar.
-Basta, basta, basta que es re tarde.- Me aleje un poco y comencé a caminar más rápido.
-Bueno nenito fugitivo -Respondió haciéndome burla.

Caminamos tres cuadras más juntos y faltaban dos para llegar a mi casa.

-Hasta acá acompáñame, es ahí a la vuelta. Gracias.- Dije y dándole un beso en la mejilla.
-¿Pero donde es? ¿Que casa?- Preguntó agarrándome la mano.
-No podés saberlo todo. No quiero que me acompañes más que hasta acá.- Golpeé su hombro como con desprecio y riéndome.
Me acercó a él y me besó otra vez. Esta vez yo saqué sus manos de mi cintura cuando me apoyaba su cuerpo sobre el mío en la pared de un supermercado con un enorme cartel naranja.
- ¿A qué hora te puedo volver a ver? Es domingo y no tengo que jugar.- Me preguntó contento.

Quería verme de nuevo, yo no creía en esa posibilidad tan pronto y un domingo. Yo también quería, sentía que por primera vez un domingo iba a ser diferente, que mi vida iba a ser diferente a partir de ese momento porque Sebastian hacia que suba y que baje con todas mis emociones.

-A las 18hs, porque seguro voy a dormir mucha siesta.- Le respondí alejándome de él.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora