El mundo de adolescentes nocturnos

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-Esto me parece que va mejor, mira la camisa con los detalles y el puntille Sarita, es preciosa, ¿Tenés las demás?- Siete camisas tenía Sara en sus brazos para que me probara.
-Todas me quedan horribles, mira lo que parezco, un niomo vestido.- Me quejé con mi particular histeria.
-Te quedan todas bellas, sos hermoso, con esos ojos y ese pelo, hoy te garchas seguro al chico del misterio- Respondió mi amiga que ya había elegido su vestido, dos horas antes que yo.
-Me parece que me voy a llevar esta, es la mejor resalta mi tono de piel, por las dudas también estas dos y esos tres pantalones.- Ir de compras era mi terapia.
¿Los chicos y las compras? Pensaba mi papá que nunca encontraba talla por su cuerpo que nunca cuidó.
-Ya voy a devolverte la plata amigo, gracias, ¡el vestido es hermoso!, nunca tuve uno asi.-Sara me abrazaba y besuqueaba de camino a casa.
-Vos sos hermosa, saquemos la ropa de las bolsas y las vamos a poner en la mochila.- Dije.
-Sara tenés que dejar de fumar, tenés trece boluda, a los 30 te voy a estar velando ¡y voy a exigir que te pongan este vestido en tu funeral para recordar cuántas veces te reté!
Eran las 19:00hs y nadie sabía que esa noche íbamos a salir por primera vez al mundo de adolescentes nocturnos
Ya tenía todo planeado, iba a salir por la ventana del living que era la que no hacía ruido, María Cruela, mi perra iba a quedar durmiendo en mi lugar, bueno siempre me robaba el lugar en las noches.
Esta vez iba a taparla y ponerle una almohada, como yo siempre dormia tapado hasta la cabeza, nadie lo notaría.
En realidad nadie entraba a mí habitación, mis padres, después de la discusión nocturna, solían dormirse profundo, esa semana papá estaba en casa, de franco.
Sus ronquidos siempre eran la campana para saber si hacer ruido o no, cuando dejaba de roncar era cuando me hacía el dormido. Mi cuarto estaba al lado del ellos.
Prendí mi laptop para entrar a Facebook y eliminar a todos mis familiares que había aceptado, no había que dejar evidencias. Yo quería subir una foto todo montado con mi ropa y actitud nueva.
Después de un largo rato de engancharme con los chismes de la vida de los demás se abrió una ventana de chat;
-Espero verte en la noche, no voy estar mucho tiempo conectado, espero que vayas hoy.- Otra vez Sebastian. Otra vez yo con sensaciones distintas, pero lindas, que le daban amor a mí autoestima.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora