templanza y postura firme

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*Narra Equim*

S: -Espera, no quiero que te vayas, necesito entenderte para poder entender esto.-
E: -Cuando descansemos vamos a poder hablar bien y te voy a contar algunas cosas.-
S: -Bueno vení y dormí conmigo, te necesito para que me cures estas heridas.-

Sonreí viendo sus ojos conquistadores de mi mirada perdida. Entramos a su habitación, la que recordaba a veces que quería volar a su pecho.
Tenía envases de cerveza en el piso y la ventana abierta. El olor a su perfume abundaba ahí y el se sacaba el pantalón. Lo ví en boxer por primera vez y sin camisa. Su cuerpo era la curva perfecta para estallarme.
Mordí mis labios y me saqué los zapatos. ¿Como evitaba la excitación? ¿Como un chico como él estaba como yo? ¿Como me había salvado de Lucas hacia una hora atrás?
Estaba amaneciendo y la madrugada sentó al rubio al lado mío. Me dió una remera de él para que use de pijama y me dijo;
-Siempre duermo en boxer y sin remera, pero no quiero incomodarte.-
Sacate todo y permitime tocar tu espalda pensé y me sonrojé.
Me levanté y desprendí mi camisa y pantalón. Sentí su mirada penetrarme incluso estando de espaldas. Usé su remera de algodón con olor a jabón caro y un pantalón que encontré en la silla de rueditas de su escritorio.
El quedó sin remera y con el pantalón de su club.
-Veni.- Tomó mi mano y la acarició cuando me vió con su ropa grande y con mis ojos deseosos de besarlo.

Quiero que sepas que estos días que pasaron fue muy difícil para mí estar sin saber de vos. No quiero asustarte, pero siento que necesito verte aunque sea para contemplarte. Es raro sentir esto e intenté entender qué tal vez todo era un error. La cerveza me ayuda a poder decirte que quiero tener algo más que una indecisión sobre lo que somos.- Me dijo tapándonos completamente con una sábana.
Mi estómago sintió mis emociones saltar de un lado hacia el otro. Nadie me había declarado el amor justo después de tratar de huir de él. Aquel chico de gran templanza y postura firme había hecho de mí un trozo de seda.
Junté mi cara con la de él con mis ojos cerrados y cuando los abrí pase mis pestañas por su mentón.
Estaba encima mío y podía sentir su corazón latir como una carrera de moto.

Justo ahí sentí que algo terminaba y que otra parte comenzaba, junto con mis catorce vi el amor en la mirada de Sebastian que me preguntó;

-¿Me dejas hacerte feliz siendo mi novio?-

En ese lugar, esa madrugada, todo mejoró.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora