Guardé las lágrimas.

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*Narra Equim*

Sebastian había salido del chat y yo realmente me había quedado con cosas que decirle. Era el horario donde cada noche iba por mí. Esas noches habían acabado y me dolía la idea de verme al espejo y no poder imaginarme junto a él.

-Estoy afuera.- Recibí un mensaje de él y mi sonrisa volvió a ser mi mueca favorita.

Me cambié en menos de lo que canta un gallo y bajé por las escaleras. Mis padres habían ido a comer afuera y esa noche había sido de las primeras que me dejaban solo en casa.
Ahí estaba; apoyado en el capó de su auto con una pantalón de jean azul y una remera verde que acompañaba con unas zapatillas blancas.

-Solo vine a escuchar lo que me escribis en la cara.- Me dijo mantenido distancia.
-Lo que te dije es porque estaba triste. Pero ahora que te veo, entiendo todo, no era necesario que vengas, si querés podés irte a Doncella y buscarte otro u otra. No sé.- Le contesté enojado de sus palabras frías y feliz de verlo.
-¿Ni estando separados vas a dejar de decirme que hacer? No podemos hablar acá, alguien nos puede ver.- Me dijo subiendo al auto.
Subí al auto de mala gana sin pensar en qué Sebastian era solo una persona, no mi mundo, aunque así lo sintiera.
Llegamos a su lugar favorito donde Vilma me había tomado la foto.
-¿Porque viniste acá?- Pregunté.
-Nadie nos va a molestar y además es un lugar lindo.- Me respondió cortante.
Bajamos y el volvió a apoyarse sobre el auto. Yo quedé parado y con frío, el invierno no estaba muy lejos como yo para que él me abrazara y tal vez besara.

-¿Estás bien sin mi? - Me preguntó de repente después de un suspiro que hice.
-Siento que ninguno de los dos está dispuesto a luchar por esto. ¿Que hay de vos?- Pregunté con mi voz un poco quebrada.
-No estoy bien sin vos, estoy para el culo, cada día es una lucha para que llegue la noche y mirar el reloj para saber que no me estás esperando. Incluso he llegado a vestirme y subir al auto, pero quedo en eso.- Me dijo acercándose a mí.
-Si te espero pero, ¿Te vas a ir cada vez que todo se ponga confuso y un poco triste?-
-Además tus escenas de celos por todo, me agotan. Tengo frío, no quiero estar acá.- Agregué casi con lágrimas en los ojos.
-¿Si te abrazo se te pasa?- preguntó y guardé las lágrimas.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora