-No me dejan estar acá, vámonos por ahí así podemos hablar.- Dijo con olor a alcohol en su boca.
-No quiero hablar Lucas, es mejor que dejemos esto acá.- Respondí con miedo.
-¿Dejar acá que? Mira tus ojitos, tan lindos, yo no sé como amarlos.- Dijo
-Voy a entrar, salí del salón hace como 15 minutos.- Le dije con mucho miedo.
-Te espero en la salida, te quiero mostrar algo.- Sonrió mientras yo entraba al salón.
Su risa ya no hacia que mis emociones corrieran de felicidad, yo sabía que estaba mal lo que me había hecho y también sabía que iba a estar esperándome en la salida del colegio.
El resto de la clase fue una tortura de ansiedad que sentía. Decía chistes a mis compañeros y cuando las risas se acababan volvía a verme tirado en el suelo de la casa de él.
Pensé en llamar a mi mamá para que fuera por mí, pensé en contarle a la directora, pero recordé que yo podía arreglar esto hablando, como me habían enseñado en casa.
No quería que tocara el timbre de salida, tampoco sabía que decir cuando el empezara a decirme que todo fue un error, que a veces se enojaba mucho, que yo había prometido no dejarlo solo.
Para salir de esos pensamientos entré en mi imaginación y dibuje una cancha de fútbol con los once jugadores y a uno lo remarqué con un corazón.
¡¡¡¡ring!!!!
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2:30 am (parte I)
Novela JuvenilSi hay una brisa que me dice que tenga esperanzas, no soy un chico que disfrute de lo que se parece a todo. He oído decir que cada uno escucha lo que quiere escuchar. ¿Por qué yo siempre escuché lo que me obligaron? Siempre hasta que un día la angus...