*Narra Sebastian*
-¿Puedo llevarte a tu casa?- Le dije y vi sus ojos verdes oscuros llenos de lágrimas.
Parecía que había consumido todas mis palabras como un trago de nafta.
Lo dejé en su casa y entró por la ventana, lo esperaba su prima.
Siempre sentí una gran inseguridad sobre cómo sería enamorarme. Miraba chicas pero también a sus novios cuando era más chico y andaba en la calle. Decidía no tomarlo en serio.
Cuando mi papá se fue, mamá me dijo que era el hombre de la casa y que los machos conseguían un gran trabajo, tenían una esposa, el mejor auto y en lo posible el mejor cuerpo.
Nunca nadie integraba "la familia que desees" , mi mamá era la persona más homofóbica que yo había conocido.Equim borraba todas las ideas de mi mamá y de la sociedad con tomarme de la mano y caminar por ahí alejados de la multitud. Por eso no merecía que mi vida dañara a su vida y decidí no verlo más.
Después de dejarlo y verlo entrar se me cayó una lágrima angustiada por las prohibiciones que tenía por se yo.
Recordé que estaba perdiendo amor si lo dejaba ir, media hora después con algunas cervezas de más.
Tomé mi celular y después de llorar a solas en el lugar donde lo había llevado en el cuatri de mi mejor amigo Nacho.
"Estoy escuchando la canción que quisiera haber escrito para vos, la de las pastillas del abuelo, ¿Podés salir de mi cabeza un rato? He decidido no verte más pero he recordado que dejarte es perder la alegría, la pasión y la lujuria. Ojalá alguien fuera testigo de que mi alma se quiebra cuando veo tus ojos marchitos. Quiero besarte, aunque sea por última vez".Equim no contestó y tenía que verlo, compré otra cerveza y pasé por su calle llamada "Patricias Mendocinas".
Pude ver una luz prendida en la parte de arriba, supuse que era él, estaba amaneciendo y no contestaba mis llamados ni respondía mis mensajes.
Toque fuerte la bocina cansado de intentar y lo ví salir por la ventana del living con mi sweater puesto.
-Estas realmente loco, ¿Que haces acá? ¿Cómo vas a tocar bocina así?- Me dijo furioso con su voz de angel.
-Subí.- Le contesté sonriendo con la botella en la mano.
Con el efecto del alcohol, sentirlo cerca aceleraba más mis ganas de hacerlo mío y después dormirnos abrazados.
-Te voy a dar tu sweater.- Dijo mirandome a los ojos.
-Subi al auto por favor, quiero decirte algo.- Repetí y mirando su cuerpo cuando se sacaba mi buzo que el llamaba sweater y pronunciaba el inglés como profesional y me hacía enamorarme más.
-Estas borracho y mañana tenemos colegio ¿pensas ir así al tuyo? - Replicó y me bajé del auto.
-Soltame Sebastian que estamos en la vereda de mi casa.- Me dijo cuando quise abrazarlo y no me dejaba, tampoco besarlo .
-Que lindo te queda mi sweater, quiero vertelo puesto sin nada abajo, en mi cuarto.- Lo apreté contra la pared y lo besé a las fuerzas.
-Basta, andate a tu casa. Esto no es lo correcto.-Me empujó suave con sus manos blancas.-
S: -¿No me querés más?-
E: -Ojalá quererte fuera suficiente. Sabía que ibas a ser un problema. Todos son un problema.-
S:- ¿Todos? ¿Hay otro? Esto te vino como anillo al dedo para dejarme ¿no? Ahora entiendo todo.-
E: Vos insinuaste que todo tenía que terminar, no seas ridículo.-
S: -Todos esos que vos llamas amigos en Facebook por escuchar tu misma música son como perros alsados que le ponen me gusta a tu foto, te siguen y te quieren cojer.-
E: -Ellos por lo menos se preocupan por hacerme reír, no vienen en pedo a las seis de la mañana a mi casa a hacerme un escena de celo. Ahora yo no quiero verte mas.Te vas de mi casa.Entró por el portón negro y yo saqué escarbando el auto de mi mamá.
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2:30 am (parte I)
Teen FictionSi hay una brisa que me dice que tenga esperanzas, no soy un chico que disfrute de lo que se parece a todo. He oído decir que cada uno escucha lo que quiere escuchar. ¿Por qué yo siempre escuché lo que me obligaron? Siempre hasta que un día la angus...