*Narra Sebastian*
"Estoy afuera de tu casa, perdón quería saber si estabas bien y como no me escribiste pensé en venir a desearte buenas noches."
Escribí un mensaje de texto a Equim❣️. Lo había agendado con un corazón, sin razón. Solo así me había salido hacerlo.
Estaba en la esquina de su casa en realidad, mirando la parte arriba, no sabía cuál era la habitación de Equim pero una, tenía la luz prendida. Eran las 2:30am y no tenía mensajes de él. Me acerqué con el auto en primera e intenté ver cuándo de pronto, alguien golpeó la ventana de mi auto.
-¡¡La concha de la lora puta!!- Grité.
-¡Jajajajajajajajaja!- Se rió Equim desde afuera.
-Por invadir mi privacidad te pasó lo que te pasó....- Me dijo entrando a mí auto con una remera negra, una bermuda verde oscura que marcaba todas sus piernas sin vellos aparentes y las zapatillas de la tarde.
-No sé que te causa tanta gracia, me asusté de verdad.- Lo miré furioso y contento a la vez.
-Me gusta tu musculosa, no te lo había dicho hoy a la tarde.- Respondió riéndose.
¿Porque no me bañé o me cambié la remera? Pensé.
-¿No estabas en tu casa?; Pregunté un poco avergonzado por mí falta de estética y eructando la cerveza.
-Perdón, perdón. Se me escapó.- Me reí.
-¿Te gusta mucho la cerveza no?- Me peguntó Equim mientras yo ponía primera y nos íbamos.
-Si, es que estuve tomando recién, quería relajar un poco, además en unos días comienzan las clases y quiero disfrutar lo que queda de verano. ¿Donde estabas?- Pregunté por segunda vez.
-En la casa de mi mejor amiga, tenía que contarme chismes.- me respondió mirándose en el espejo del lado del acompañante.
-¿Le contaste a ella sobre nosotros?- Pregunté un poco asustado.
-No Sebas, ya sé que todo esto es un gran secreto.- Me dijo cortante.
-Te compré esto, no sé si te gusta. No es un secreto pero viste como es la gente, mi entrenador y mi vida son pura homofobia.- Le dije dándole el chocolate.
-No me gusta el chocolate blanco.- Me respondió mirándome a los ojos.
Iba en primera, despacito quería pasear antes de llevarlo a mí habitación.
Los días que habían pasado había imaginado como era hacer el amor con un hombre, bueno hacer el amor en general, siempre había tenido sexo express.
¿El era virgen? ¿Quería hacerlo conmigo? ¿Se había enojado porque cada vez que lo besaba lo apoyaba? Pensé todas las noches anteriores en casa, con la computadora y en boxer, buscando métodos para penetrar sin dolor a un hombre y con la foto de su perfil de Facebook.
-Bueno, si querés te compro otro ahora.- Respondí desconcertado. Era el chocolate más caro que tenían en el kiosco de la esquina de casa.
-Yo no voy a contar nada de esto que pasa entre nosotros, no quiero ser el centro de atención de todo todo Maipú, ya es suficiente con el colegio.- Me dijo y casi paso un semáforo en rojo por mirarle la boca y las manos.
-Además, podemos ser amigos, no es necesario que pase algo más, vos me dijiste por Facebook que querías conocer a algún amigo nuevo.-Agregó desafiante.
-¿Amigos? Yo no te dije eso, ¿porque querés ser mi amigo? No entiendo adonde querés llegar.- Le dije furioso y mirándolo a los ojos.
Mi cara se transformaba en otra cuando me enojaba, me ponía colorado y transpiraba, además se me marcaban las venas de los brazos y manos.
Estacioné, lo besé con furia y ganas de sacarle la bermuda verde oscura y la remera negra.
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2:30 am (parte I)
Teen FictionSi hay una brisa que me dice que tenga esperanzas, no soy un chico que disfrute de lo que se parece a todo. He oído decir que cada uno escucha lo que quiere escuchar. ¿Por qué yo siempre escuché lo que me obligaron? Siempre hasta que un día la angus...