Un puro

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-¡Ehhh amigos! ¿Qué hacen que no están tomando la mamadera?- Lucas venía caminando con Ximena.

Su caminar, con sus piernas medias abiertas y sus pantalones bajos que dejaban ver su bóxer rojo realmente llamaron mi atención.

-Hola chicos.-dijo Brenda, la chica con mas bondad que había conocido.

-¿Fuman ustedes?- Ximena sacó marihuana de una bolsita que tenía en su bolsillo.

-Eso no se pregunta boluda, además, como los futuros doctores van a fumar.- Lucas agruesó la voz frunció su ceño.

-¡Jajajaja!- Nos reímos todos.

-¿Por donde viven?- Pregunté tratando de que mi voz también sonara mas gruesa.

-En el país de las maravillas.- Dijo Lucas.

Era blanco casi como un papel tenía nariz grande pero bien definida y los ojos de mi próximo sufrimiento.

Lo miré y no se porque mordí mis labios finos y vírgenes y después pasé mi lengua por ellos. Hice mis ojos para atrás, como con desprecio.

De pronto nos encontramos a la mamá de Rosario, que muy histérica la obligó a subir a la camioneta en dos patadas, junto con Brenda.

Una vez más me sentía en el medio de una villa.

-Si te pinta podes venir a conocer el lugar donde vivo, la Xime dobla en la otra cuadra. Bahhh si querés.- ¿El morocho con vocabulario muy básico estaba invitándome a pasar un rato con él?

-En realidad no me gusta andar cuando está oscureciendo.- Respondí con ganas de irme con él.

-Yo después te acerco, mi abuelo seguro ya fue a buscar el auto al mecánico.- Lo miré y literalmente mi corazón empezó a tumbar a mil.

-Okey.- dije con mi voz suave y un poco incomodo por los ojos penetrantes de Lucas.

-Nos re vemos guachines, no se droguen mucho y vos Droopie cuidame al Einstein.- Ximena le decía Droopie a Lucas porque Droopie es un dibujo conocido por andar siempre por todas las calles de la ciudad.

-Nos vemos mi reina.- Dijo Droopie

Todas mis expectativas se cayeron. Ximena dobló y cruzó corriendo la calle.

-La Xime es como la hermana que siempre me hubiese gustado tener.- Dijo él.

Todas mis esperanzas volvieron a su lugar. Sonreí algo incómodo aún.

-Falta poco, ahora cuando lleguemos te voy a dar algo que seguro te va a encantar.- Dijo y yo quedé helado y de color azul.

-Bueno, por lo menos el café con leche a mi me encanta.- Lucas mojaba todo el tiempo sus labios con saliva.

-Me gusta mas como una lágrima.- Le dije sonriendo y acomodando mi cabello.

-¿Una lágrima? ¿Qué es eso?- Sonrió desconcertado

-¿Posta no sabes lo que es?- Dije con mis ojos gigantes.

-Perdón chico piola hijo del café.- Se enojó.

- Se le pone mas leche al café, que café.- Respondí mientras notaba lo enano que me veía al lado de él.

-Supuse que te gustaba con más leche.- Volví al estado azul hielo.

-No logro entenderte.- Me dijo.

Yo tampoco entendía a que se refería.

-Te haces el tranquilito y el tímido, pero me miras toda la clase, como queriendo decirme algo.- Lucas se prendió un cigarrillo y me tiró el humo en la cara.

-Creo que te pegó mal el puro que te fumaste con Ximena.- Le respondí medio tosiendo.

Me maldije mil veces más después de decir eso.

Él, lanzó el humo de la segunda pitada en una carcajada.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora