Dos vasos más de vodka

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*Narra Equim*

Elegí un color negro de pantalón, una camisa con líneas horizontales y zapatos de cuero color piel; planche mi cabello rojizo y sonreí frente al espejo de mi cuarto.

Mi mamá estaba muy asustada, exagero cada situación que podría pasar esa noche en el boliche. Solo la escuchaba y me reía por dentro, yo realmente creía que debía pasar por algunos de los peligros que nombraba mamá.

-¿Este pantalón me hace buenas piernas y culo?- Le pregunte evadiendo responder a sus preguntas insistentes.

-Hijito, Equim, ¡Tenes 14! Todo en tu cuerpo está creciendo y yendo al lugar donde tiene que estar.- Respondió  Leticia pasando su mano por mi rostro.

 Sonreí y volví a verme frente al espejo luciendo lindo y recordándome las palabras de mamá pero odiaba mis brazos y mi piel tan pálida. 

A veces, con mi imaginación, podía disimular todo aquello que no me gustaba de mí. Durante el día de mi cumpleaños había comido una manzana. Mis padres no lo notaban, ni siquiera yo notaba como la ropa se caía de mi cuerpo. No sentía hambre, algo en mí se conformaba con la manzana verde.

Sara llego a mi casa con un look que no combinaba con el mio y con alcohol. Sebastian me había escrito, también llamado, todos sus mensajes parecían desesperados.

-Ayyyy que feliz de compartir otro cumpleaños con vos amiguito mio, hermoso, precioso y perfumado ¿es nuevo este?- Sara me abrazaba y olía mi perfume.

-Si, es nuevo, esta champaña es fuerte ¡me encanta!- Respondí subiendo el volumen de mis parlantes con la voz de Madonna de fondo.
Salimos a las 2:30 de mi casa y todo mi mundo daba vueltas, tiré mi perfume por toda alfombra de mi cuarto y un poco más sobre mi cuerpo. Nos reímos hasta del escalón de la escalera. Sara gritó todo el camino a Doncella, bailamos en la calle y fuimos felices con olor alcohol en la boca.
Me sentía fuera de mí y de todos mis prejuicios esa noche, estaba siendo feliz sin teñirme de gris a los segundos. Hasta la cumbia me parecía un arte esa noche.
-¡Sara vamos a comprar un trago más!-Le grité a Sara en medio del grupo de amigos que había hecho unos minutos después de llegar.
Compramos dos vasos más de vodka con melón y decidí ir a ver con quién más festejar mis 14.

Ahí lo ví, casi en frente mío.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora