Totosai, acompañado por el viejo Myoga quien lacia en su hombro, se acercó a los dos muchachos, quienes conversaban alegremente.
------Hey!! Como están los dos festejados del día de hoy?-----Saludo El viejo herrero.
-------Señor Totosai!------Correspondieron ambos jóvenes.
--------Myoga y yo hemos venido a darles nuestras felicitaciones.-----Expresó el hombre.--------Joven Kohaku, felicitaciones por su nuevo cargo. Sabemos que no hay nadie más apto para semejante trabajo que usted. Y joven Rin, no hay palabras suficientes para expresarle lo felices que estamos por este día tan especial. Estar con usted celebrando un año más de su vida es una verdadera dicha. Verlos convertidos en todos unos adultos me hace sentir realmente viejo.
Rin y Kohaku rieron ligeramente ante la última frase del anciano.
-------Muchas gracias.------Agradeció la joven dando una reverencia.------Para nosotros ha significado mucho su compañía a lo largo de todos estos años.
-------No puedo esperar un minuto más!------Decía Myoga saltando con nacías.-------Vamos Totosai! Entregárselas!
Los dos más jóvenes se miraron con extrañeza y en ese momento se percataron de que Totosai había tenido las manos detrás de su espalda todo el tiempo y, ante la impaciencia de Myoga se dispuso a revelar lo que llevaba consigo.
--------Kohauku, felicitaciones. Joven Rin, Feliz cumpleaños!------Felicitaba Totosai mientras ponía sus manos extendidas al frente sosteniendo dos largos artefactos que estaban cubiertos en cuero, uno con un lazo rojo y otro con un lazo azul.
-------Anciano Totosai... No es necesario...------Expresaba Kohaku sobrecogido.
--------Es lo menos que un viejo servidor puede hacer por muchachitos que han significado tanto...------Expresó Totosai inclinando la cabeza.
Ambos muchachos estaban sonrojados y anonadados...
-------Gracias, Señor Totosai. Y a usted también Anciano Myoga.------Agradeció Rin con una reverencia y acto seguido ella y su amigo tomaron los artefactos que el viejo Herrero les entregaba: a Rin se le confirió el del lazo rojo y a Kohaku el de lazo azul.
Retiraron el lazo con el que estaban atados y así, retiraron el envoltorio de piel que cubría los largos objetos: dos magníficos sables que, además de todo, eran retráctiles y de doble filo; sumamente ligeros, pero fuertes y afilados, con hermosos mangos: el de Rin tenía un Yako grabado y el de Kohaku una bestia de fuego que se parecía a Kirara y, por su fuera poco, las hojas principales eran claras como el cristal, sus portadores podían verse reflejados en ellas cual espejos, además, justo ahí, en la hoja, ambas espadas tenían grabado un símbolo...
------Ese es...------decía Rin, observando el símbolo en su espada.
--------Significa: Amor.--------Explicó Myoga.-------Queremos que recuerden siempre, que, en un mundo en el que reina la guerra, resultado de un escarpado camino de odio, lo único por lo que vale la pena pelear es por aquello que más se ama. Ustedes dos son seres excepcionales, capaces de ver más allá de la apariencia... Confiamos en que, ustedes, más que nadie, serán capaces de defender y heredar esa creencia. Kohaku, nunca olviden: El amor es lo que nos hace realmente fuertes.
El día transcurrió lleno de regocijo. Todos sus amigos felicitaron a Rin por su cumpleaños y no podían dejar de esperar lo encantados que se sentían al haberla visto crecer.
Por la tarde, se preparó un gran banquete en el que celebraron tanto a la joven como al exterminador y todos estuvieron presentes: Kagome con Inuyasha y sus tres cachorros, Sango y Miroku con sus cinco traviesos, Shippo, la anciana Kaede, Susu con el pequeño Kimura e incluso Totosai y Myoga.-------Hacia mucho que no nos reuníamos todos de esta forma!-----Exclamó Kagome con felicidad.
------- Ya lo creo!------Reiteró Sango.------Pero, cada vez que lo hacemos, somos más!
------Recuerdan cuando éramos solo nosotros cinco?------Recordó Kagome nostálgica, refiere do al grupo que habían formado ella e Inuyasha con Shippo, Miroku y Sango tiempo atrás.
--------Como olvidarlo...------Confirmó Miroku.-----Pero, debo decir, que me gusta más lo que tenemos ahora... Hemos crecido mucho y me parece que ha sido de una buena manera.
------Estoy de acuerdo.------Expresó la sacerdotisa más joven. -------Estoy muy agradecida por tenerlos a todos ustedes.
-------Solo espero que esto no se nos salga de control y acabemos siendo cientos la próxima ocasión.-------Decía Sango con una mirada asesina hacia Miroku mientras forcejeaba con uno de sus hijos más pequeños, quien intentaba escabullirse. El resto no pudo evitar reírse.
Aquella reunión fue sumamente amena y pacífica, todos reían al recordar historias divertidas y sonreían al rememorar momentos cálidos. Nadie lo me sino en voz alta, pero nunca se habían sentido tan...completos.
Al finalizar el día, todos volvieron a sus respectivos hogares, así que, una vez se hubo despedido de todos y agradecido todas sus atenciones y detalles, se dispuso a marchar rumbo hacia el bosque.
La joven salió de la cabaña de la vieja miko y partió hacia el sendero, sin embargo, fue interrumpida por su amigo Kohaku:-------Hey, Rin! Vas hacia el bosque?
--------Si! Me encontraré ahí con Sesshomaru.
-------Te acompañaré, la luz ya es escasa.
-------No es necesario, Kohaku. Sesshomaru está cerca.
---------No me importa. No te dejaré ir sola.
Rin le sonrió a su amigo a modo de aceptar su oferta, así que el chico entro rápidamente en su casa para darle aviso a su esposa y finalmente salió.
-------Muy bien, andando.-------Indico el exterminador.
Los dos amigos caminaron por el venidero al bosque mientras conversaban acerca del maravilloso día que habían tenido.
------...Pero, dime, Kohaku, no te duele esa herida?------Preguntó Rin refiriéndose al lugar en donde el arpón de la cola del demonio reptil se había hundido.
--------No mucho. Obviamente si me esfuerzo mucho duele. Pero, estoy siendo muy precavido. Quiero que sane pronto.
--------Estoy segura que lo hará. En especial con todas esas nuevas medicinas que Kagome preparó junto con Jinengi. Son casi milagrosas!
-------Ya lo creo! A decir verdad, de ayer para hoy está herida ha mejorado mucho. Era muy profunda, no pensé que estaría tan bien.
Al cabo de unos minutos, ambos jóvenes llegaron al inicio del bosque y se adentraron un poco en el; Sesshomaru se halló justo un par de metros frente a ellos.
--------Mi Lord.-------Sonrió Rin.
-------Señor Sesshomaru!------Saludo Kohaku mientras reverenciaba al demonio.
El Yokai se acercó a ambos muchachos y una vez justo frente a ellos, miro al exterminador y (como era normal en el) sin ningún tono o expresión en particular, correspondió el saludo con un pequeño ademán de cabeza y dijo:
-------Kohaku. Rin se encargó de hacerme saber lo que acontecía para ti el día de hoy. Felicidades. Harás un buen trabajo.
Kohaku no pudo evitar sonreír ampliamente. Pensó para sí que, jamás o tal vez en contadas ocasiones, el demonio le había dirigido tantas palabras de una sola vez.
-------Muchas gracias, Lord Sesshomaru. ------Agradeció el exterminador aún sonriente y volviendo a hacer una reverencia.
ESTÁS LEYENDO
Aclisolar III: Luna de Sangre.
Fanfiction"La grandeza y trascendencia de un imperio, yace en el legado que contemplarán sus herederos".