Capítulo 121. Sangre carmesí. (Parte 1)

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Totosai y el viejo Myoga se marcharon más tarde, acordando volver después, ya que se turnarían con todos los demás para ir venir a la cabaña y cuidar a la nueva madre y a los pequeños debidamente, ya que la Luna de Sangre estaba a escaso tiempo.

Rin recién terminó de alimentar nuevamente a sus pequeños y ahora se hallaba tendida en la cama junto a ellos, solo observándolos dormir tranquilamente.
La joven llevó su atención hacia su amado, quien estaba sentado frente a ella, pero con la vista en la ventana y sumamente pensativo...

-------Sesshomaru?-----Llamó Rin, haciendo que el Yokai volteara a mirarla.------Que ocurre? Llevas un buen rato bastante pensativo... Que tienes?

El demonio suspiró un tanto pesadamente y luego volvió a mirar hacia la ventana...

-------No estoy seguro...------Respondió él.

--------No estás seguro? De que no estás seguro?-----Insistía la joven comenzando a angustiarse.

El Yokai volvió a mirar a su amada y le dedico una ligera sonrisa para intentar calmarla...

-------Tranquila. No es nada.------Al notar la expresión de intriga de la joven, el demonio se recostó un poco más y se acercó a la mujer tanto como los mellizos, quienes dormían en medio de los dos, le permitieron...--------Deberías dormir... Luces cansada.

-------Pues...------Decía Rin.------La verdad es que tengo algo de sueño...pero no quiero dormirme... Falta muy poco para que tengas que irte y yo...

--------No me iré hasta que despiertes, te lo prometo...

--------Pero...

-------Rin...estaré aquí cuando despiertes. Tranquila... Además... Aunque la luna salga a media tarde... Todo dará inicio hasta la media noche, que es cuando sus efectos son más fuertes. No te preocupes...

La joven suspiró y bajo un poco la mirada, después, se acercó un poco más a su compañero, haciendo que el pegara su frente a la suya...

------En verdad...estarás aquí cuando despierte?

Sesshomaru besó la frente de Rin dulcemente y luego respondió:

-------Siempre.

La joven madre no tardó mucho en quedarse profundamente dormida y fue entonces que el demonio salió de la cama; la observó detenidamente por unos segundos, así como a los recién nacidos que también dormían, acunados por el cuerpo de su madre; posteriormente, se dio media vuelta y salió de la habitación.

El Yokai se dirigió directamente a la cocina, en donde podía escuchar a la anciana sacerdotisa y a su fiel subordinado Jaken, hablando y haciendo algunas tareas...

-------Lord Sesshomaru...------Expresó la miko al notar la presencia del demonio...------Que sucede? Pasa algo?

-------No. No se preocupe.-----Respondió el demonio.-------Debo salir un momento. Necesito que cuide de Rin.

-------Pe...pero... A donde ira??-----Cuestionaba la vieja Kaede con nerviosismo.------Ya se marchara al este???

-------No... Aún no. Solo...volveré en un momento, se lo aseguro...

-------Amo bonito...-----Llamó Jaken con tono temeroso, haciendo que su amo lo mirara...-------Se...se trata de la señora Irasue, cierto?

Sesshomaru no respondió, simplemente hizo un a penas perceptible ademán afirmativo con la cabeza...

--------La señora Irasue?-----Preguntaba la miko.------Ha pasado algo con ella, Lord Sesshomaru?... Ahora me doy cuenta de que no ha venido a conocer a sus nietos...

-------Solo...------Decía el demonio peliplateado intentando no dar más vueltas al asunto.-------Cuiden de Rin, por favor. No tardaré.

Así pues, el Lord prácticamente desapareció de la habitación y de la casa.

Sesshomaru se viajó velozmente en dirección a los territorios de su progenitora mientras un terrible presentimiento lo sofocaba cada vez más y más; sabía que algo no andaba bien... Sabía que la demonesa posiblemente no consideraría prudente acudir a conocer a los recién nacidos cachorros justamente el día de la luna de sangre, ya que no querría ponerlos en riesgo, sin embargo, sabía también que era una mujer astuta y capaz... Si se lo hubiese propuesto, nada le hubiese impedido ir a conocer a sus nietos.

El Yokai no tenía la más mínima intención o interés en preocuparse por aquella mujer... Jamás se había interesado por ella, sin embargo, la sensación que lo abrumaba era simplemente imposible de ignorar...además de que...si algo había ocurrido con la demonesa, Rin quedaría devastada.

A penas llego a aquel valle, supo que nada estaba bien: una espesa niebla venenosa cubría la zona, haciéndolo cubrirse con su manga. También había cientos de cadáveres esparcidos por todo el rededor, algunos pertenecían a demonios que habían sido renegados del este y que se habían marchado junto con el traidor Dokuhe y otros...eran viles humanos... El demonio sabía perfectamente que eso, solo podía representar una cosa...

-------MALDITA SERPIENTE!!------Berreó el demonio mientras tomaba su forma de Yako y ascendía por los cielos.

Él Yako llegó justo a la entrada del palacio de la demonesa que era su progenitora, en el lugar había muchos más cuerpos sin vida, así como más veneno por todos lados. El demonio observó su alrededor detenidamente y fue entonces cuando encontró lo que buscaba: la demonesa se encontraba tendida en el suelo junto a su trono y al acercarse Sesshomaru, pudo ver que estaba justo sobre un charco de sangre anegrentada.
Él Yako olfateó a la mujer inherte y sus ojos se abrieron como platos; así pues, el Yokai volvió a tomar su forma antropomorfa y se arrodilló junto a su progenitora, moviéndola de manera que quedará más boca arriba...

-------Despierta...despierta!------Llamaba el demonio a la demonesa en sus brazos...

La mujer pareció responder al llamado de su hijo: sus ojos se abrieron pesada y ligeramente, mientras comenzaba a balbucear intentando hablar, pero sus escasas fuerzas y sus heridas se lo impedían, provocando que solo sangre saliera de su boca...

-------Sesshomaru...------Decía la demonesa...

--------En donde está la piedra Meidō??!------Cuestionó el demonio, ya que cuando había levantado a la mujer, se dio cuenta de que la reliquia no estaba prendida a su cuello...

-------Dokuhe...el la tiene...

Los ojos del Yokai se abrieron enormemente y pudo sentir su corazón al borde de la explosión...

-------MALDICION!!------Berreo el demonio.

-------Vete de aquí...------Pidió la demonesa.-------Esta noche... Irán por ti...Irán por tus hijos...márchate ya...

El demonio miró a la mujer herida en sus brazos con algo que ella identificó como compasión...en otros días, Sesshomaru seguramente la hubiese dejado ahí sin problemas, pero ahora parecía no poder hacerlo.
El demonio se levantó con la demonesa aún en sus brazos, la miro y le respondió:

-------Eres patética.

Acto seguido y a gran velocidad, el Yokai desapareció del lugar junto con su progenitora.

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora