La gran familia (Parte 2: Más tíos.)

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Inuyasha decidió volver a la aldea para notificarle a todos que todo estaba perfectamente y que podían visitar a Rin.

La joven madre, mientras esperaba la llegada del resto de sus amigos, pidió que Ah-Un se acercara a la ventana de la habitación, ya que deseaba que conocieran a los pequeños que tanto habían estado aguardando.

El señor Jaken se aseguró de llevar a la bestia de dos cabezas a donde se le había indicado y una vez ahí, ambos dragones se asomaron por la ventana...

-------Ah-Un!------Saludó Rin llena de felicidad y acto seguido, se dispuso a levantarse de la cama con ayuda y autorización de la vieja sacerdotisa. La joven cubrió bien a los dos pequeños y después los tomó en brazos, avanzando hacia la ventana seguida muy de cerca por Sesshomaru.-------Vengan, tengo aquí a dos personitas que están anciosos de conocerlos...------- Desde que el dragón de dos cabezas y el señor Jaken se habían enterado de que su querida Rin estaba embarazada, la relación que habían tenido con ella se volvió mucho mejor en todo sentido. Muchas veces, el señor Jaken no era muy bueno para expresar amabilidad o cordialidad, pero la joven jamás dudo de su cariño y su lealtad, así como de su emoción por la llegada de los mellizos. Sin embargo, Ah-Un, a pesar de ser incapaces de hablar o de pasar mucho tiempo con Rin ya que ellos permanecían afuera todo el tiempo, jamás se habían alejado de ella, al menos el tiempo que permanecían en el norte. La gran bestia siempre permanecía junto a la ventana de la habitación día y noche y cuando Rin era capaz de salir a caminar o simplemente a verlos, los dragones acariciaban su barriga con sus narices y la joven se llenaba de regocijo al sentir las respuestas positivas de los entonces no nacidos. Ella siempre dijo que sus hijos y Ah-Un serían inseparables.
Así pues, la joven madre primeriza se paró frente a las bestias y evitando que el aire llegara a los pequeños bebés en sus brazos, mostró sus durmientes y dulces rostros al demonio de dos cabezas.
Ah-Un olfateo a ambos bebés con suavidad y minuciosidad, se miraban mutuamente y luego volvían a mirar a los cachorros... La felicidad que los invadía podía verse en sus ojos...

-------Ellos son Yûdai...------Decía Rin a los dragones.------Y Aiko... Los reconocen? Estaban en mi panza.------Las bestias acariciaban con sus narices las mantas que rodeaban a los pequeños, mientras los miraban con dulzura y éstos, comenzaron a removerse ligeramente, abriendo sus ojitos un poco para mirar a los visitantes...-------Yûdai, Aiko...ellos son Ah-Un... Supongo que algo de ellos deben recordar... Ellos no hablan pero siempre han estado con ustedes...-------Los mellizos parecían realmente prestar atención a las bestias frente a ellos, y por si fuese poco, parecían reconocerlos perfectamente ya que por algún motivo no parecían si quiera un poco asustados o incómodos de su presencia o de su imagen.--------Ellos van a cuidarlos siempre...y ustedes deben cuidarlos a ellos, mis niños... -------El bebé Yûdai alzó ligeramente su pequeña mano y sin rastro de temor alguno, la extendió suave y torpemente sobre la nariz de uno de los dragones, haciendo sonreír a su madre.

Ah-Un no volvió a alejarse de la ventana de la habitación, aún cuando la persiana debió ser cerrada para que no entrará el frío, el dragón de dos cabezas permaneció ahí mismo, dispuesto a no moverse.

A pesar de que Rin se sentía lo suficientemente bien para que se le permitiera caminar un poco por la habitación, debía regresar constantemente a la cama ya que cierto grado de debilidad persistía y se volvía más agudo después de un rato estando de pie.
La joven madre estaba recostada en la cama, terminando sus alimentos cuando un recordatorio mermó su mente...

-------Sesshomaru...------Llamó la joven al demonio junto a ella, quien miraba a los bebés en la cama junto de ella...

------Que pasa?-----Respondió el mirando a la mujer.

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora