Las primeras tenues luces de la mañana comenzaban a asomar.
La brisa matutina soplaba gentilmente llenando el ambiente de una sensación de frescura.La joven sacerdotisa, Kagome, estaba tendida en su lecho, cubierta por sus suaves sabanas mientras su compañero la mantenía abrazada y pegada a él por la espalda.
La joven mujer estaba despierta, mirando hacia la nada. Sin moverse ni hacer un solo ruido.
Su cabeza y su dulce corazón se veían completamente sofocados.
Los recuerdos del terror del día anterior la atormentaban cual pesadilla...una pesadilla de la que no podía escapar.
Sus ojos derramaron silenciosas lágrimas llenas de dolor, impotencia, desesperación y mucho, mucho miedo.
No dejaba de pensar en la aún más joven Rin y en su frágil estado.
La sacerdotisa quería creer con todas sus fuerzas que todo saldría bien. Que su joven amiga lograría sanar y que sería capaz de traer a sus hijos al mundo en el tiempo debido, sanos y salvos. Pero... El conocimiento de lo malas que eran las circunstancias destruir todas sus esperanzas...
El enojo que golpeaba su corazón al cuestionarse una y otra vez el por qué Rin tenía que pasar por todo eso, hacía temblar su cuerpo entero.
No se dio cuenta cuando su llanto despertó al mitad bestia que dormía cerca de ella...-------Kagome?------Llamó Inuyahsa a su amada con angustia.------Que tienes?
-------No es nada...------Respondió la joven miko.------Lamentó haberte despertado. Fue solo un mal sueño.-----Mintió.
-------Kagome...------Decía el híbrido mientras ayudaba a la mujer a darse vuelta para poder mirar su rostro.-------Es... Es por Rin?
Kagome no fue capaz de contener un sollozo y sin ser capaz de hacer otra cosa, hundió su rostro en el pecho de su compañero, mientras el llanto se apoderaba de ella por completo.
-------Kagome, cálmate... Tú...dijiste que los bebés estaban bien... Que les tomaría tiempo, pero se repondrían...------Consolaba el medio demonio recordando lo que su amada había dicho la noche anterior.
--------Inuyasha...-------Lloraba la joven miko.-------No está bien...Rin no está bien.
------Que?! Que dices Kagome?? Dijiste que... Oye... Dime que no les pasó nada a los cachorros...
-------Es que... Yo solo... Pude ayudarlos por el momento pero... Inuyasha... No creo que resistan mucho tiempo... Y posiblemente Rin tampoco...
-------QUE?!------Exclamó el medio bestia al borde de la histeria mientras se separaba de la mujer y la hacía verlo a los ojos.-------Kagome... Por qué estás diciendo eso??!!
-------Ella... Perdió mucha sangre durante la hemorragia. Esta demasiado débil y los bebés también... Dudo que su cuerpo pueda reponerse y además de todo mantener vivos a los cachorros...
-------Por qué no me dijiste eso ayer ?!?!
------De que hubiese servido?! Inuyahsa, no puedes hacer nada. Ni siquiera yo puedo hacer más que intentar mantener a Rin estable...
------Pero... Kagome... No tienes que cargar con esto tú sola... Que...que dice la anciana Kaede?
------Sabe que es verdad. Se niega a creerlo pero... Sabe que...es solo cuestión de tiempo...
------Y Sesshomaru? Él sabe?
------Si...------Soltó Kagome en un sollozo.------Tanto él como Rin lo saben... Inuyasha... Jamás creí ver a Sesshomaru tan aterrado. Finalmente... Finalmente su corazón comenzaba a suavizarse... Finalmente su vida comenzaba a tener sentido... Por qué?!! Por qué sucede esto?! A caso tu hermano en verdad está condenado a ser infeliz por siempre?!!
-------Ya basta... No digas eso...------Pedía Inuyasha mientras abrazaba a su amada.------Eso...eso no puede ser así, Kagome... Dioses...
El híbrido sentía su corazón hacerse pedazos... Sabía mejor que nadie lo cruel, ruin y despiadado que Sesshomaru había sido siempre, pero desde el fondo de su ser estaba convencido de que no merecía sufrir de tal forma. Cualquiera podría decir fácilmente que Sesshomaru merecía la desgracia. Pero no Inuyasha. Por el contrario. Él todo lo que quería era que su infortunado medio hermano pudiese conocer la dicha de lo que era amar. Quería que Sesshomaru entendiera (tal como él mismo lo había hecho) que en la vida existía mucho más que la guerra, el poder y la muerte.
Ninguno de los dos se había tenido mucho aprecio nunca. Pero Inuyasha jamás le había deseado el mal a su medio hermano. Por el contrario, siempre se había sentido mal por la manera en que Sesshomaru se había visto desfavorecido: desfavorecido por su padre, desfavorecido por la forma fría y sin cariño en que había sido criado... Desfavorecido en general por el destino.
Rin parecía haber cambiado esa suerte.
Rin era todo lo bueno que le había sucedido a Sesshomaru y era responsable de todo lo bueno que había nacido en su frío y duro corazón.
Rin le había dado todo el amor y el cariño que en todos sus siglos de existencia jamás había conocido y había sido capaz de hacer que el experimentará esos mismos sentimientos.
Rin le había dado todo lo que jamás tuvo... Incluyendo una familia.
ESTÁS LEYENDO
Aclisolar III: Luna de Sangre.
Fanfiction"La grandeza y trascendencia de un imperio, yace en el legado que contemplarán sus herederos".