Capítulo 68. Mal presentimiento.

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Los siguientes días transcurrieron tranquila y pacíficamente.
Rin estaba perfectamente bien de salud y no había tenido mayores problemas de ningún tipo. Sesshomaru le había dicho que se irían a la cabaña en la planicie cuando estuviese por cumplir doce semanas, para lo cual faltaba poco menos de una semana.
La joven futura madre se sentía muy bien e incluso había retomado algunas tareas en la aldea: solía recolectar plantas, y ayudar a la vieja Kaede con las personas heridas, ya que no le permitían ayudar a los enfermos.
Rin resultó de gran ayuda para las dos mikos, ya que era el verano cuando más responsabilidades había: cosechas, reparaciones en las casas gracias a los estragos de las lluvias, mayor cantidad de enfermos gracias a los cambios de clima y, por si fuera poco, el verano (después de la primavera) era la época del año en la más niños nacían.

Aquella era una de esas tardes ocupadas: Sesshomaru se había marchado al este nuevamente y no volvería sino hasta bien entrada la noche. Rin se encontraba en la entrada de la cabaña de la anciana Kaede poniendo a secar algunas hierbas mientras tarareaba una canción, cuando de repente Kagome la abordó apresuradamente:

-----------Rin! -------Llamó la joven miko.

-----------Que pasa Kagome??------Respondió la joven poniéndose de pie.

---------Gracias a dios te encuentro. Necesito que me ayudes. -------Explicaba Kagome algo agitada.-------Necesito que vayas con Mai y te hagas cargo de recibir a su bebé al menos hasta que yo termine de atender a la joven Yoko, puedes por favor???

--------Si Kagome, desde luego!--------Afirmó Rin.

----------Gracias, date prisa, al parecer rompió aguas hace varias horas.

Rin fue a la botica detrás de la cabaña y tomó todo lo que necesitaba en una cesta.
Había atendido muchos partos a lo largo de su vida en la aldea, pero ese lo tenía particularmente nerviosa.
Mai y su familia eran una de las tantas que temían a Rin profundamente por ser la compañera de un demonio. Alguna vez, años atrás, antes de que Rin y Sesshomaru se unieran, la madre de Mai, Yūki, había dicho cosas horribles sobre ella a la anciana Kaede. Mai a duras penas saludaba a Rin cuando se la encontraba en el manantial, en el bosque o en alguna otra parte de la aldea. Por eso, tener que ayudarla a dar a a luz a su primer hijo la puso bastante nerviosa.

La joven llegó corriendo a la cabaña en donde vivía la joven Mai junto a su esposo, un hombre de mala reputación llamado Yūn. A Rin jamás le había agradado ese sujeto.
A penas llegó a la entrada de la casa, la joven supo que algo no estaba bien: podía escuchar a Mai gritar desesperadamente pidiendo ayuda, mientras su madre estaba afuera y le impidió el paso a Rin:

-------Tu qué haces aquí?!!-------Cuestionó la mujer en la entrada.

-------Me...me enviaron a ayudar a Mai, señora. La anciana Kaede y Kagome están demasiado atareadas.------Respondió Rin intentando ser firme.

-------De ningún modo dejaré que te acerques a mi hija y a mi nieto! --------Amenazó la mujer.--------Vete de aquí y llama a la anciana Kaede!

---------Estoy segura de que ella vendrá en un momento, pero por favor, Mai necesita ayuda.

---------No necesita de tu ayuda! Trae a la vieja miko!

Rin estuvo a punto de ceder y salir corriendo a buscar a la anciana Kaede, pero un tremendo berrido por parte de la mujer que estaba por dar a luz le recordó que no había tiempo...

--------Escuche.-------Soltó Rin tomando un tono decidido y lleno de enojo.----------Mai lleva demasiado tiempo en trabajo de parto, si no me deja entrar ahí ahora y ayudarla, ella y el bebé podrían morir! No puede esperar más tiempo!

La mujer miro a Rin fija y amenzadoramente durante un momento, pero después de unos instantes, resignada e inconforme, se hizo a un lado y Rin entró corriendo a la casa, seguida de cerca por la mujer.

-------Mai!?!--------llamó Rin a la chica entrando en una de las habitaciones de la cabaña.
Lo que la joven vio en ese momento, hizo que su sangre abandonará su rostro por completo: la habitación estaba llena de sangre. O al menos el suelo.
Había mantas y toallas regadas por todas partes, todas llenas de sangre.
El olor amizclado combinado con el de toda esa sangre hicieron que la joven sintiera nauseas. Aquello no era normal. Rin sabía que algo andaba muy, pero muy mal.
Rin miró a la joven Mai, quien estaba recostada en su lecho, cubierta con una sábana blanca que también estaba llena de sangre, estaba agitada y gritaba constantemente, empapada en sudor y lágrimas corrían por sus mejillas.
La joven auxiliar corrió al lado de la parturienta para ayudarla...

----------Necesito que se quede afuera.-------Ordenó Rin a la madre de Mai.

----------Que dices?!? No voy a ninguna parte!-------Protestó la mujer.---------Se bien que yo puedo estar aquí.

--------Mai, quieres que tu madre se quede?------Preguntó Rin. La adolorida joven negó con la cabeza.--------Salga por favor.-------Concluyó Rin haciendo que la mujer saliera con furia en la mirada.

Rin podía no llevarse bien con Mai, pero sabía lo difíciles que habían sido las cosas para ella: su madre había sido la que la había obligado a casarse con aquel hombre llamado Yūn, quien, si bien no era mucho mayor que ella, había sido un forastero que llegó un día a la aldea y nunca se fue. Tenía fama de mujeriego, pero no uno agradable, era arrogante y desagradable con todo el mundo. Había intentado unirse a los exterminadores pero Kohaku lo echó por su actitud irresponsable e irrespetuosa.
Alguna vez, Rin había llegado a atenderlo cuando resultó herido haciendo Dios sabe qué cosa y el bastardo había intentado sobrepasarse, afortunadamente, Shippo y Kohaku estaban muy cerca.
También, en alguna otra ocasión, Yūn había atacado a Kohaku mientras estaba ebrio, todo por haberlo expulsado de los exterminadores. A pesar de que el joven exterminador sufrió algunas heridas, la paliza que recibió el imbécil que lo atacó lo dejo en cama por casi un mes.
Yūki había obligado a su hija a casarse con él hacía al menos dos años atrás y la fama de ese hombre no había cambiado para nada. Por el contrario, en la aldea todo el mundo sabía que maltrataba a Mai.
Kagome le había contado historias horribles al respecto. Y hasta donde Rin sabía, Mai había sufrido una infinidad de abortos supuestamente espontáneos en esos últimos dos años.
Y ahora... Las cosas no pintaban nada bien para ese que prometía ser finalmente su primer hijo logrado...

Rin revisaba el estado de la joven futura madre y también del niño por nacer tan rápido como podía y no pudo evitar notar que la joven Mai estaba llena de moretones, rasguños y otras horribles marcas que ella sabía no tenían mucho tiempo...
finalmente concluyó que no había un solo segundo para aguardar a que Kagome o la anciana Kaede apareciera...

--------Mai, escúchame bien, tenemos que sacar a tu bebé ahora...

---------Yo...NO PUEDO, RIN, DUELE MUCHO!!!

---------Ya lo sé, pero por favor Mai, no hay más tiempo! -------La joven se colocó entre las piernas de la parturienta disponiéndose a recibir a su hijo.---------Mai, tus contracciones ya son muy débiles, necesito que pujes ahora.

------Rin...por favor...salva a mi bebé!

Mai obedeció a su cuidadora y un aterrador berrido llenó el aire.

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora