Aclisolar III: Luna de Sangre.

Feliz aniversario. (Segunda parte).

Les prometí un capítulo DE FUEGO. Aquí lo tienen! 🙈😏🔥🔥🔥🔥

La joven se encontraba frente a la chimenea, cepillando su larga cabellera húmeda después de haber tomado un baño, estaba tan perdida en sus pensamientos que a penas se dio cuenta de cuando el Yokai llegó tras ella, abrazándola por la cintura y besando su cuello de manera deseosa...

-------En verdad?-----Cuestionó la joven quien comenzaba a tensarse.------Acabo de ducharme...

------Debiste esperar hasta mañana.------Respondió el demonio pegado a su cuello.

Rin estaba por disponerse a darse la vuelta para encontrarse frente al demonio, sin embargo, éste se lo impidió deliberadamente, sosteniéndola con firmeza mientras pasaba sus manos por su sensible cuerpo aún sobre la ligera prenda de satín que ella portaba.
Sesshomaru era sumamente minucioso y fribolo en prácticamente cada una de sus acciones y desiciones. Sin embargo, cuando se trataba de Rin (de verla nuevamente después de haberse separado por al menos un instante, de acariciarla,de capturar su aroma... De hacerla suya) todo rastro de paciencia se desvanecía. Cuando se trataba de ella, no había prórrogas. Por ello y con mera desesperación, el demonio comenzó a pasar su mano derecha por debajo de las ropas de su compañera, sintiendo bajo estas, la suavidad de su piel mientras se erizaba.
Al poco tiempo, despojó a la joven por completo de sus ropas y  pasó su mano por el vientre de la chica, después subió y tomo uno de sus senos, haciéndola estremecerse y gemir. Satisfecho, el inhumano volvió a posar su mano en la parte baja del abdomen de la mujer y con suma fragilidad y delicadeza, descendió hasta el inicio de su feminidad...
La sensación hizo que Rin luchara instintivamente por sacarse del agarre del Yokai, pero fue inútil; Sesshomaru la mantenía firmemente sostenida por la cintura con su mano izquierda.
Siendo muy consciente de sus garras, el demonio acarició los suaves y ya húmedos pliegues de la intimidad de su compañera.
Jadeos, quejidos y gemidos escapaban de la boca de Rin de manera desenfrenada. Podía sentir el calor invadir su cuerpo y un interminable escalofrío atravesarla.
Sus piernas parecían volverse líquidas y víctima de esa repentina debilidad, la joven dejó caer al suelo el peine que tenía en la mano para después, dejarse caer haca enfrente, sosteniéndose del tope de la chimenea con ambas manos...

-------S...Sesshoamru...------Gimió la joven.

El demonio abandonó la feminidad de la mujer y prácticamente en un segundo se deshizo de sus propias ropas superiores, casi arrancándolas de si, para después volver a abrazar la prominente cintura de Rin.
Ella podía sentir al Yokai recorrerla entera con sus manos y, al poco tiempo, con sus labios y su lengua, podía sentir a Sesshomaru reclamándola como suya tal y como lo había hecho tantas veces antes y continuaría haciéndolo por el resto de su existencia.
Sesshomaru saboreó los hombros de su amada, bajó aún más, recorriendo su espalda y después, no le importó inclinarse completamente para capturar también el sabor de sus piernas.
Subiendo por el interior de estas, al llegar al limite, el Yokai saboreo también la cálida feminidad de Rin, haciéndola gritar y doblarse. Sin dejar tiempo a que la chica se recobrará de eso, el demonio se levantó, sostuvo a la mujer por la cintura con una mano mientras la obligaba a separar más sus piernas sobre el suelo y la pegó a el tanto como pudo.
Ella pudo sentir la firme y prominente masculinidad del inhumano contra sus sensibles pliegues, expuestos dada su inclinación.

------...Oh... Dioses...------Expresó Rin en un gemido, mientras sentía como (con su mano libre) el demonio liberaba su entre pierna de entre sus ropas inferiores.
El corazón de la humana parecía estar a punto de explotar, jadeaba desenfrenadamente y temblaba sin control alguno mientras su cuerpo se calentaba cada vez más y más.
Sesshomaru acercó sus labios al oído de la chica y sin antes besar su cuello, susuró: