Capitulo 76. Buenos dias.

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Rin abrió los ojos lentamente. Yacía acurrucada junto a su amado compañero, recargada sobre su torso mientras él parecía perdido en su pensar.
La ventana estaba cerrada pro las persianas, así que estaba bastante oscura, a excepción de una vela que daba un tono calido a toda la habitación.
Sus oídos persiguieron el sonido del viento y de la lluvia que azotaban el exterior... También podía persistir la brisa casi gélida que se filtraba por la persiana disolviéndose de inmediato en la calidéz del lugar.

Rin volvió a poner su atención el el demonio a su lado. Estaba tan perdido en su cabeza que ni siquiera se percató de que ella había despertado.
La joven lo observo por un rato, esperando a que reaccionara y la mirara. No sucedió, Asia eu solo lo observó: admiró su serio semblante y su varonil rostro. Sintió sus fuertes brazos rodearla y su firme cuerpo sostenerla. Sintió el calor que éste irradiaba, así como como su maravilloso aroma... Únicamente aquello fue suficiente para hacerla arder en deseo nuevamente... Malditas hormonas.

La joven ni siquiera alertó al demonio con su voz. Simplemente y sin previo aviso se incorporó y sin dar oportunidad a que el Yokai si quiera se percatara, se posó sobre él y fundió su boca con la suya.
A pesar de que su cuerpo desnudo sintió el brusco cambio de temperatura una vez que hubo abandonado la calidez de sus sabanas y la estola de su compañero, el calor que la recorrió por dentro la mantuvo ajena a esa sensación.
Los besos dulces y amorosos que Rin dedico a Sesshomaru fueron perfectamente correspondidos, así como aquellos que vinieron después, más deseosos y llenos de necesidad.
Poco a poco la joven sintió como el comenzaba a dejarla sin aliento y comenzaba a recorrer su cuerpo con sus manos.
El por su parte, podía sentirla arder de necesidad. Podía sentirla retorcerse sobre él y apretar sus piernas a su alrededor humedeciéndose de a poco mientras el mismo comenzaba a endurecerse.
El demonio separó su boca de la de su amada y la llevo a su cuello, a sus hombros y de ahí a su pech, el cual a duras penas hubo rosado, ella gimió.
Rin movía sus caderas con cada vez más deseo, mientras el demonio recorría su sensible piel.
No pudo esperar mucho tiempo más.
Se recorrió hacia la cadera del Yokai y se apoyó sobre sus rodillas un momento mientras delicada mente retiraba las mantas que cubrían su erguida masculinidad y una vez lo hubo hecho la tomo entre su mano para luego hundirlo en su interior mientras el tremendo placer la golpeaba haciéndola soltar un nuevo y más resonante gemido.
Volvió a fundir sus cálidos labios con los de su amante mientras se movía sobre el, aprisionándolo entre sus piernas haciéndolo estremecerse y gruñir con deseo.
Jadeos y gemidos comenzaron a llenar la habitación descontroladamente.
En ocasiones separaban sus labios mientras intentaban tomar un poco más de aire y se miraban a los ojos. Rin podía ver la necesidad de Sesshomaru por sacársela de encima y hacer las cosas a su modo. La joven esperó el momento en que el demonio la derribara y se posase sobre ella como solía y sabía que era perfectamente capaz de hacer, pero ese momento no llego, por más que ella se burlaba con una sonrisa de satisfacción. Supuso después que seguramente no lo hacía por sus bebés.
Entre jadeos y gruñidos, el demonio saboreo cada parte de la mujer que tuvo a su alcance, haciéndola estremecerse aún más y gemir con mucha más resonancia.
El demonio miro el collar de sol que Rin llevaba en el cuello, el cual ya estaba completamente húmedo, al igual que su pecho y su rostro.
La sentía retorcerse y apretarlo con sus piernas cada vez con más anciosa y después de un tiempo pudo sentirla llegar a su climax mientras sus gemidos se convertían en incontrolables gritos.
De repente, pudo sentir como algo de apretaba en el interior de la mujer,haciéndola doblarse hacia adelante con un quejido que no supo distinguir si era de placer o de dolor.
La joven continuo moviéndose sobre el aún después de eso, mientras ambos fusionaban sus bocas de manera bestial y con urgencia.
El demonio sostuvo a la mujer por la cadera con una mano, mientras posaba la otra sobre su abdomen bajo, sintiendo así como este se apretaba suavemente mientras ella se movía.
No mucho detrás de ella el también llegó a la cúspide de su placer y deseo, corriéndose en su interior y entre sus muslos, haciéndola gritar nuevamente.
Gradualmente se fueron deteniendo hasta quedar completamente inertes. Se miraron a los ojos mientras jadeaban intentando recobrarse y sus frentes empapadas se mantenían pegadas...

---------Hola...------Saludo la joven sin aliento.
Sesshomaru le correspondió con una sonrisa ladina llena de malicia...

--------Eres una sucia...-------Le dijo el demonio sin quitar la sonrisa de su rostro. Ella también sonrío.

Guardaron silencio por otro rato, hasta que el demonio volvió a acariciar los suaves labios de su compañera con los suyos, dandole frágiles y delicados besos...

--------Q... Quiero recostarme.--------Indico Rin entre besos.

Sesshomaru la abrazó para impedir que se cayera mientras procedía a incorporarse, suavemente fue llevando su cuerpo hacia un lado y finalmente, recostó a la mujer con suavidad sobre las sabanas para después meterse entre sus piernas mientras la besaba y penetrándola de nuevo con una suave pero firme embestida que la hizo gemir.
Continuó embistiéndola y besándola mientras se aferraba a su abundante cabello con sus manos y en todo momento fue cuidadoso de no posar su cuerpo sobre ella por completo.
Rin se retorcía debajo suyo siguiéndole el paso mientras aumentaba su velocidad y ritmo. Jadeaba, gemia y gritaba entre cada beso mientras sentía su cuerpo arder y pedir más.
Una contracción en su bajo vientre la hizo gritar de forma involuntaria mientras arqueaba su espalda.
Sesshomaru también pudo sentir aquella extraña sensación y al notar la reacción de su compañera, se angustio...

--------Rin... Que es eso??-----Preguntó el demonio a penas capaz de respirar.

--------Tranquilo...-------Calmaba Rin jadeante.------Es... Es normal. Pero... Vayamos más despacio, quieres?

Sesshomaru asintió y procedió a volver a besar a la mujer. Dios, su sabor era adictivo.
Continuó embistiéndola pero esta vez con mayor cuidado y al poco tiempo, en medio de una nueva ola de placer que se volcó despiadadamente sobre ellos, llegaron a un nuevo y más abrumador orgasmo haciéndola gritar a ella y gruñir a él.

Volvieron a pegar sus frentes mientras intentaban recobrar el aliento. Ella tenía los ojos cerrados, pero el la observaba con atención... Era preciosa.
Tenía el rostro perlado y empapado, sus hermosos labios rosados entre abiertos tomando y liberando aire con rapidez y al poco tiempo sus ojos se abrieron ante el, revelando la que para él era la más hermosa visión sobre la tierra...

--------Quiero que ella tenga tus ojos.-------Soltó Sesshomaru haciendo que la joven alzara el ceño con sorpresa, agrandando aún más sus hermosos ojos pardos.

--------Yo sé que él tendrá los tuyos.-----Aseguró Rin con todo el aliento que pudo tomar mirando los ojos ámbar de su amado fijamente, mientras estos parecían resplandecer con la cálida luz de la habitación.---------Te amo, Sesshomaru. Demasiado.

------Gracias, Rin... Por todo.

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora