Capítulo 96. Desear nada mas.

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La noche había caído por cómpleto, trayendo consigo aún más frío que aquella tarde y la anciana Kaede, el señor Jaken y Rin ya dormían tranquilamente.

Sesshomaru estaba sentado al lado de su durmiente compañía, mirando hacia la nada.
Pensaba en lo aliviado que se sentía de que finalmente todo resultara bien para con ella y sus hijos no natos. Sin embargo, no dejaba de pensar en la luna de sangre...

------Sesshomaru?-----Llamó Rin desde su lecho, interrumpiendo el pensar del Yokai.

------Que pasa?----Preguntó el acercándose y arrodillándose junto al lecho de la joven.

--------Que estás pensando?

-------No es nada.-----Mintió el demonio.------Vuelve a dormir. O te sucede algo?

-----No.-----Respondía la joven mientras se incorporaba.------Solo... Te observaba.

Sesshomaru frunció el ceño con algo de desconcierto...

-------Me observabas?

------Ujuum.-----Asintió Rin arrodillándose frente al Yokai.

La joven no dijo nada más por un rato, solo extendió su mano izquierda y comenzó a acariciar con sus dedos el torso de su compañero, observó atentamente cada lugar que recorrían y sintió su calor irradiar a través de sus ropas.
La mujer abrió ligeramente el cuello de las prendas del demonio, descubriendo una pequeña parte de su pecho...

------Sesshomaru...------Rin alzó la vista y miro a los ojos al demonio.-------Bésame...

El demonio pareció sorprendido al inicio, pero no se negó. Se acercó aún más a la joven mujer, levantándose un poco sobre sus rodillas y posteriormente, tomando suavemente su rostro, la acercó a él y la besó dulcemente.
Rin siguió aquel amoroso beso paso a paso y una inmensa sensación de paz, tranquilidad y seguridad la llenó.
Ninguno de los dos se había percatado de cuánto se habían extrañado. La preocupación, la angustia y el miedo de los días pasados a las últimas dos semanas no les habían permitido pensar en el otro más que como un motivo de afliccion.
Fue como si se reencontraran. Fue como si se dieran cuenta que ambos continuaban con vida. Todos sus miedos y angustias se esfumaron con ese cálido beso que, sin que ellos se dieran cuenta, se volvía más y más deseoso a cada segundo.
Era como si sus cuerpos supieran más que ellos que, por lo menos en ese momento, ya nada era incierto. Finalmente eran solo ellos una vez más.

El demonio abrazo a la mujer por la cintura y la pegó a él haciéndola posarse sobre sus mineras flexionadas. Por un momento su agarre fue demasiado fuerte, hasta que pudo sentir la prominencia del vientre de su amada contra el suyo, así que aflojó su abrazo y pasó a posar sus manos sobre sus caderas.
Los suaves jadeos que comenzaron a escapar de sus bocas, producto de su inconsciente lucha por tomar más aire entre besos comenzaron a llenar la habitación y a pesar de que la temperatura en esta comenzaba a descender junto con el tiempo de vida de la noche, sus cuerpos comenzaron a sentirse más y más cálidos.
Con calma y suavidad, Rin utilizaba sus suaves manos para retirar de a poco las prendas superiores del demonio, abriéndolas desde el cuello y aprovechando para acariciar todo lo que se encontrara debajo.
Con cada caricia, con cada beso, con cada jadeo, se encontraban más y más lejos de su conciencia. Simplemente todo desaparecía de a poco, a excepción de un amor inmenso, complementado por un ansioso deseo.

Rin estaba a punto de liberar los hombros de Sesshomaru, cuando algo llamó la atención de ambos...

-------Uh...------Soltó Rin en medio de un jadeo mientras ambos separaban sus bocas al sentir unos cuantos golpecitos provenientes del vientre de la joven.

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora