Capítulo 88. Vida. (Parte 1)

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Se aferró a su amado con fuerza y el la abrazaba mientras la acariciaba y la besaba.
Lágrimas de alivio empapaban el rostro de ella y su cuerpo comenzaba a entrar en calor gracias a la cercanía de su amado. Se sentía tan agradecida y afortunada...

-------Mi vida...------Decía Rin aún entre lágrimas mientras mantenía su frente contra el pecho del Yokai,-------Estas... Estas lleno de sangre...

-------No es mía.-------Aseguró Sesshomaru notando el tono de preocupación de su compañera.

Rin guardó silencio por un momento...

-------Los...los mataste?------Preguntó la joven con una oscura expectación.

------Si.------Confirmó el.

-------Bien...-------Expresó Rin sin sentir remordimiento.-------No puedo sentirlos.

------Que?

-------A los bebés. No puedo sentirlos... No se mueven.

-------Tranquila...-------Calmaba el Yokai.

-------Escuchas sus corazones??

-------No estoy lo suficientemente cerca.-------Dijo Sesshomaru frívolamente.

-------Puesdes...puedes revisar??

El demonio suspiró pesadamente. Las palabras de Kagome le taladraban la cabeza y hacían estremecer su pecho... No sabía cómo iba a afrontar el perder a esos seres que ni siquiera conocía...
Lentamente, Sesshomaru se separó de Rin, se incorporó y pasó a acercarse a la parte baja de su cuerpo... Estaba a punto de inclinarse para ver si escuchaba algo pero se detuvo.
Observó la curvatura en el vientre de su amada que aún estaba recostada sobre su lado derecho. La contemplo por un momento, intentando apartar de su cabeza el pensamiento de que ahí estaban sus hijos...
Jamás le había costado tanto trabajo ser frío. Jamás había tenido tantas ganas de arrancarse el corazón...
Jamás le había dolido desprenderse de algo que ni siquiera había conocido...

-------Sesshomaru?------Llamó Rin sacando al demonio de su pensar.-------Que sucede?

-----Nada.------Aseguró el y posteriormente, pasó a inclinarse sobre el cuerpo de su amada.

Deseaba profundamente no ser capaz de escuchar un solo sonido..,pero algo en lo más profundo de su ser suplicaba escuchar aquel palpitar... Y, en efecto, ahí estaban...

------Ahí están...------Confirmó el demonio sin poder evitar sonreír un poco.

-------Seguro??

-------Si...

-------Como...como se oyen?? Parecen estar bien?

La pregunta de su compañera hizo que el Yokai se percatara de que, en efecto, algo no estaba del todo bien: los latidos que antes resonaban fuertes, firmes y rápidos, ahora parecían ser más frágiles, un poco más lentos y menos constantes...

------Si.------Mintió Sesshomaru y Rin suspiró con alivio.

-------Gracias al cielo.

El demonio volvió a su lugar, recostándose junto a Rin mientras ésta se pegó a él buscando el calor de su cuerpo.

Sesshomaru repasaba las palabras de la más joven miko una y otra vez en su cabeza. Miraba a su amada y el mismo confirmaba que no estaba en buen estado: además de las heridas y golpes en su cuerpo, estaba completamente pálida, su cuerpo frío y resultaba prácticamente imposible mantenerlo caliente, sus manos temblaban con debilidad e incluso el latido de su corazón sonaba irregular...
El pesar que invadió el corazón del demonio no tuvo comparación alguna.
Había pasado los últimos meses cuidando de ella arduamente: se había asegurado de que estuviera bien alimentada, la había protegido del frío; se había esmerado mucho en cuidarla para que estuviera sana y fuerte y que sus hijos no sufrieran daños...y ahora... Todos sus esfuerzos habían sido destruidos por un montón de intrusos...
Sus hijos no natos morirían en cualquier momento y Rin corría el riesgo de hacerlo también.
No podía si quiera pensar en eso. No podía perderlo todo así como así.
No podía perder a Rin.
En algún otro tiempo hubiese cambiado por completo la vida de los seres que crecían dentro de ella para salvarla, pero ahora... Por alguna razón, la idea de perderlos a ellos dolía tanto como la idea de perder al ser que más había amado...
No sabía qué hacer...

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora