Capítulo 74. Noche de expiacion.

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Rin se encontraba cepillando su cabello preparándose para irse a dormir.
Se encontraba un poco preocupada: Sesshomaru había prometido volver al anochecer y hacía ya unas cuantas horas que ésta había caído.

La joven comenzó a dar vueltas por toda la habitación mirando por la ventana de vez en cuando...

-------Sesshomaru...en donde estás?------Pensaba Rin en voz alta.

Decidió no dejar que el pánico la invadiera. Pensó que posiblemente se encontraba muy ocupado, así que se acostó y se acurrucó entre sus sábanas para intentar dormir, dejando una vela encendida. Seguramente el la despertaría cuando llegara.
El sueño estaba a punto de vencerla, cuando escuchó pasos en el porche de la casa. Se incorporó rápidamente y justo enseguida, vio entrar al demonio por la puerta de la habitación.

-------Hola.-------Saludo ella.

-------No te has dormido?------Preguntó Sesshomaru acercándose a ella, sentándose a su lado.

-------Estaba preocupada. Dijiste que volverías al anochecer. Te encuentras bien?

--------Si. Lo lamento. Cuando venia me topé con el rastro de esos lobos. Los perseguí hasta los límites con el noreste. No quise preocuparte.

-------No importa. Qué bueno que ya regresaste.

-------Tu estás bien?

--------Si. Todo está bien.

-------Me alegro.------Sesshomaru pegó su frente a la de su amada y ambos guardaron silencio un momento...-------Te amo, Rin.------Susurró el.

-------Yo también.------Correspondió ella.-------Y te extrañé mucho.

De manera Tímida y titubeante, el demonio acercó sus labios a los de Rin y los envolvió en un cálido y amoroso beso lento.
La joven correspondió el beso de la misma forma lenta y dulce, mientras se abrazaba a los hombros de su amado y permitía que el la rodeara por la cintura pegándola a su cuerpo.
Ella misma fue acelerando el danzar de sus labios volviéndose más rápida y apasionada
, dejando cada vez menos tiempo para respirar...
Sesshomaru sintió como poco a poco la joven comenzaba a quedarse sin aliento, mientras el mismo la besaba con cada vez más necesidad. Estaba tan cansado de luchar contra sí mismo. Sentía que iba a estallar si pasaba un solo segundo más tan distante de Rin. Quería volver a sentirla, quería volver a acariciarla como si se fuese a desvanecer y sabía que ella lo deseaba tanto como el.
Pasados unos instantes, el demonio comenzó a sentir las subes y frágiles manos de la humana recorrer su cuerpo con ansias. La joven acarició sus hombros, sus brazos y su pecho por debajo de sus ropas y poco a poco las fue quitando de su camino para aferrarse a su carne.
Con un suspiro de resignación, el demonio procedió a hacer lo mismo con ella. Bajo sus manos de su estrecha cintura hacia sus caderas y de ahí a sus piernas. Las acarició hacia arriba, subiendo la falda de su yukata para volver a acariciar su piel.
Sintió los huesos de su cadera y después subió otro poco, topándose con su sobresaliente vientre bajo. Aquello le recordó que sin importar nada, debía ser cuidadoso...

-------Rin...-------Decía el demonio entre jadeos y luchando por respirar.-------Si...si te hago daño...

------No lo harás.------Aseveró la joven en un jadeo. -------No lo harás...

Sesshomaru prácticamente arranco la cinta que mantenía cerrada la yukata de satín de su compañera y abrió la prenda por completo, revelando así el cuerpo entero de Rin frente a sus ojos.
Con necesidad plantó su boca y su nariz en el cuello de la mujer, capturando su sabor y su aroma... De repente, se dio cuenta de que era diferente.
El olor de Rin había cambiado finalmente, al estar su sangre mezclada con la de los hijos que llevaba en su interior. El demonio encontró aquel nuevo aroma mucho más embriagador...era dulce y oleoso pero al mismo tiempo fresco y puro... Seguía oliendo a ella.
Beso el cuello de la mujer centímetro a centímetro, mientras recorría con sus manos su cintura y hacia arriba hasta que una rosó uno de sus senos. Sesshomaru no se contuvo y lo acarició con mayor firmeza haciendo que Rin gimiera inmediatamente.
Rin aprovechó el hecho de que su amante parecía haberse perdido por completo y lo empujó con fuerza hacia un lado haciéndolo caer sobre el lecho se sabanas y almohadas mientras permanecía recargado en la pared. Sin perder un solo segundo, Rin pasó a posarse sobre el, justo sobre su ombligo y permitió que el continuará tocándola mientras ella comenzaba a deshacerse de sus prendas superiores.
La joven liberó el fuerte torso del demonio y se lanzó a él abrazándolo y acariciándolo con ansias intentando liberar la sensación eléctrica que la recorría entera con cada roce de las manos de él sobre su terriblemente sensible cuerpo.
No se había dado cuenta de cuan sensibles estaban sus senos, al punto de ser casi doloroso, sin embargo, el inmenso y sofocante placer que se volcaba sobre ella la hacia sentir cada ves más deseosa.
Rin se deshizo personalmente de su yukata y Sesshomaru llevó de inmediato sus manos a su espalda y recorriéndola completa mientras ella comenzaba a apretar sus piernas alrededor del demonio humedeciéndose víctima de su ya imparable deseo.
Con la intención de orillar al inhumano hasta sus límites, la joven mujer se recorrió hacia atrás descendiendo justo sobre su ya endurecida entrepierna mientras apretaba sus piernas a su alrededor haciéndolo gruñir tremendamente mientras sus labios se separaban.
Se detuvieron por un breve instante, ambos cabizbajos, jadeantes y temblorosos y después sus miradas se encontraron cual estrellas al borde de una colisión. Se miraron fijamente, con todo el amor que se tenían mientras sus agitados alientos se hacían uno solo.
Rin comenzó a cansarse de la postura inclinada que tenía, así que, con ayuda de sus manos, se posicionó completamente erguida sobre Sesshomaru, quien la contemplo como si se tratase de la primera vez... Como si quisiera grabar cada detalle de su cuerpo en su memoria.
El Yokai estiró su mano izquierda y con las puntas de sus dedos recorrió en torso entero de la mujer hasta que finalmente llegó a su bajo abdomen.
Sesshomaru observó con expresión pacífica la curvatura que sobresalía de esa zona y sin pensarlo demasiado, poso su mano sobre ella y pasados unos segundos, la mano de Rin se unió a la suya para después sonreírle con afecto.
El demonio no pudo evitar notar lo particularmente hermosa que lucía Rin en ese momento. Sin pensarlo un segundo más, el Yokai se aseguró de sujetar bien a su amada para que no cayera mientras él se incorporaba.
La abrazó tomándola de la espalda y la parte de atrás de la cabeza para así acercarla a él y besar su boca, siendo correspondido en totalidad.
Nuevamente, la tempestad del deseo y la necesidad los abatieron, haciéndolos besarse hasta que se quedaban sin aliento y tocarse hasta sus confines.
Rin comenzó a mover sus caderas haciendo frotar su húmeda entre pierna contra la atrapada dureza del Yokai una y otra vez.
Sesshomaru finalmente pareció llegar a su límite, así que (sin despegar sus labios un segundo) tomo a la mujer por la parte de atrás de sus piernas, la levanto ligeramente y la hizo rodearlo con ellas.
Con mucho cuidado, el demonio se incorporó sobre sus rodillas y poco a poco fue dejando a su amada sobre el lecho de suaves sabanas para así quedar entre sus piernas y justo sobre ella, sosteniéndose con ayuda de sus brazos, evitando así poner su peso sobre su cuerpo.
Rin lo ayudó a despojarse de sus prendas inferiores, liberando así su masculinidad.
Sesshomaru se aferró al abundante cabello de la mujer con sus manos mientras comenzaba a rozar su ya empapada feminidad con su virilidad. Se dedicaba a ahogar sus jadeos y gemidos en sus besos y finalmente se preparó para unirse a ella presionando contra su abertura gradualmente... Ya había olvidado lo estrecha que era.
Podía sentir a Rin tensarse debajo suyo mientras entraba en ella y finalmente, cuando  hubo entrado de lleno un gemido resonante escapó desde su pecho.

La embistió lentamente al inicio y poco a poco lo hizo más rápida y firmemente, pero todo el tiempo con cuidado.
Rin gemía sin control alguno mientras intentaba recobrar el aliento. Su cuerpo se volvió un manojo de temblores y espasmos que no podía controlar. Comenzó a temer que Sesshomaru se asustara si ella gritaba, así que se ladeó su rostro para apartar sus labios de los del inhumano y llevo una de sus manos a su boca para intentar contenerse mientras él pasaba a devorar su cuello.

En un momento de descuido, el Yokai estuvo a punto de dejar caer su cuerpo sobre el de  Rin, pero ella utilizó sus manos rápidamente para sostenerlo...

-------Sesshomaru... No!-------Pidió Rin haciendo reaccionar al demonio, quien de inmediato volvió a alzar su cuerpo.

--------Te lastimé??-------Preguntó el Yokai mirando a su compañera.

La falta de aire le impedía a la joven hablar, así que se limitó a negar con la canbeza, para después hacer que el demonio volviera a besarla.

El orgasmo comenzó a acumularse sobre ellos haciendo que ella se retorciera y se arqueara mientras él hundía sus dientes en su hombro y cuando finalmente estalló resonó por toda la habitación.
Sesshomaru se liberó en su interior y Rin sintió de repente como su vientre se endurecía y se apretaba haciéndola soltar un resonante quejido mientras volvía a arquear su espalda y a apretar las piernas...

-------Oh, dios...---------Se quejó la joven mientras su cuerpo entero comenzaba a relajarse...

--------Que sucede?------Preguntó Sesshomaru mientras permanecía recostado en el pecho jadeante de la mujer.

------Nada...-------Respondió Rin con el escaso aliento que logró recobrar.

El demonio salió del interior de la mujer y se tumbó a un lado de ella para así evitar descansar su cuerpo sobre el suyo.
Rin por su parte, (completamente agotada y empapada) se dejó abrazar por el Yokai y cubrir por su suave estola mientras descansaba sobre su fuerte pecho.
Poco a poco el cansancio la fue venciendo, haciéndola cerrar sus ojos gradualmente mientras sentía las manos protectoras de su amado acunar su bajo vientre.

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora