Capítulo 118. Padres primerizos.

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Un poco tiempo después, la anciana Kaede ayudó a la mujer que acaba de dar a luz a darse un baño, aprovechando también para bañar a la recién nacida.
Una vez de nuevo en su cama, Rin de inmediato procedió a alimentar a ambos bebés.
Ambas mikos lloraron de inmensa felicidad y conmoción durante un rato mientras admiraban a los recién nacidos y una vez estuvieron bien alimentados, Rin se los extendió para que pudieran cargarlos...

-------Ellas son su tía Kagome y su abuela Kaede...------les decía Rin a los pequeños mientras uno yacia en brazos de la más vieja miko y el otro con la más joven. Ambas estaban sobrecogidas de alegría.

Kagome le dijo a Rin que el pequeño había nacido poco antes de la hora después de media noche, y la pequeña una media hora más tarde, a lo que Rin se mostró muy aliviada, ya que temía que Yûdai hubiese nacido aún durante la noche del día anterior y tuviese que celebrar sus cumpleaños en días diferentes.

Las mikos limpiaron la habitación y cambiaron las mantas, cubriendo a la madre primeriza y a los pequeños con un montón de mantas y sábanas limpias, ya que hacía bastante frío.
Kagome envió más tarde de nuevo el halcón a Kohaku, dando las buenas nuevas y asegurándole que todo había salido bien y este le respondió asegurando que más tarde ese mismo día estarían en la cabaña poniéndose al tanto de todo.

Rin insistió en que el señor Jaken entrara a conocer a los bebés y así fue. El demonio verde no podía dejar de llorar, expresando sentirse sumamente dichoso y feliz, especialmente porque sabía que su amo lo estaba infinitamente,maderas de que parecía no poder creer lo pequeños que eran aquellas criaturas, además de su parecido con sus dos progenitores.

Así pues, más tarde, la joven se acurrucó sobre su lado izquierdo, recostada muy cerca de Sesshomaru, quien acariciaba su rostro y su cabello mientras ella miraba y acariciaba a sus bebés, quienes habían sido vestidos y envueltos perfectamente y ahora yacían dormidos junto a sus padres, acunados por sus cuerpos, además de por la estola de su padre...

-------Rin, ya duerme, necesitas descansar.------Pidió el demonio a su amada quien continuaba despierta mirando a sus hijos recién nacidos.

-------Yo...no puedo... No puedo dejar de mirarlos...-------Los ojos de Rin volvieron a derramar lágrimas de felicidad.------No puedo creer que finalmente estén aquí... Jamás imaginé que fueran tan perfectos... -------La joven hizo una breve pausa...------Sabes? Es extraño ahora sentirme tan ligera... ------Rió ella.------Ya voy a poder dormir boca abajo...y agacharme!...voy a extrañar sentir sus pataditas y todo eso... Pero... Estoy tan feliz de que estén aquí...--------La joven miró a su amado a los ojos...------Sesshomaru... Muchas gracias...por ser su padre.

El demonio le sonrió ligeramente a la mujer...

-------Gracias a ti, Rin...por ser su madre.

Ambos unieron sus labios en un cálido y amoroso beso y después, ella se recostó más cerca de él.

-------Mi vida...-----Llamó Rin de nuevo.------Lamento haberte preocupado...

-------Ya no importa... Estoy agradecido de que los tres estén bien...

--------Gracias por estar aquí.-----El demonio besó la cabeza de su compañera.------Por favor... No te vayas de nuevo...-----Lloro Rin después de un breve silencio.

Sesshomaru suspiró profundamente...

-------Rin... No pienses en eso ahora...

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora