Capítulo 108. El inicio del final...

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A penas un par de horas después, Rin volvió a despertarse, sin embargo ninguno de los dos se movió.
La joven permanecía de espaldas al demonio, tendida sobre su lado izquierdo pero bien pegada a él mientras esté la abrazaba rodeándola con su brazo. Se quedaron quietos y en silencio un buen rato, solo gozando de la presencia del otro...

------Podías escucharme mientras dormías?-----Preguntó Rin con curiosidad.

------Algunas veces.-----Respondió el.

-------Tu me llamaste varias veces..

------No lo recuerdo.

------Me extrañaste??

Rin pudo escuchar una sonrisa por parte del demonio y acto seguido lo sintió moverse acercándose a ella para susurrar en su oído:

------Demasiado.

La chica sonrió con amplitud y el demonio besó su sien.
Se hizo evidente lo mucho que el demonio había extrañado a su compañera: con su mano comenzó a acariciar su cuerpo entero por encima de su ligera yukata;  de desde sus hombros, recorriendo su brazo, de ahí bajó a su costado y exploró su prominente cintura y su curva cadera... Los cambios que había sufrido el cuerpo de la mujer le resultaron meramente encantadores. Era perfecta...

--------Que maravilla...------Susurró el demonio mientras besaba el brazo de la mujer, quien sonrió inevitablemente mientras sus mejillas se iluminaban.
Después de eso volvió a rodearla con su brazo y con lentitud llevo su mano a acariciar sus extremadamente sensibles senos, los cuales también habían cambiado considerablemente, aumentando su tamaño.
Sesshomaru no podía dejar de pensar un solo segundo en la mera maravilla que Rin era y cuánto la amaba y la deseaba.
No solo adoraba cada centímetro de su cuerpo, amaba cada minúscula parte de su alma y de su esencia: adoraba su voz, el sonido de su risa, sus gestos, sus palabras, así como cada uno de sus lunares, su dulce aroma, su tersa piel y cada borde de su cuerpo.
Cuando se trataba de ella las palabras faltaban: decir que la adoraba era poco. Decir que la deseaba era poco. Decir que la necesitaba era aún menos.
Pero pensar en que suya, suya y solo suya le era a penas suficiente.
El demonio simple y sencillamente caía en cuenta una y otra vez, de que nunca sería capaz de dejar de amarla, ni de una ni de otra forma, y los últimos meses habían sido prueba de ello gracias a los tremendos altibajos que habían tenido. En un año que llevaban siendo compañeros no habían experimentado todas las dificultades que en los últimos siete meses y una semana si.
Pero tal como había quedado escrito desde el instante en que por primera vez se vieron, siempre regresaban al otro.

Rin soltó un suspiro y mientras el demonio continuaba acariciando aquella sensible parte de su cuerpo, los suspiros se volvieron leves quejidos y jadeos que deleitaron al demonio y lo hicieron desear más...

El demonio soltó los senos de su amada y llevó su mano hasta sus piernas. Las recorrió minuciosa y delicadamente y cuando se topó con las faldas de la yukata, no tuvo problema en irlas recorriendo más y más hacia arriba, acariciando cuanto se topara en su camino y sintiendo como la piel de la mujer  bajo sus dedos de erizaba.

Rin se sentía estremecer con cada toque y con cada caricia, deseaba profundamente al inhumano y cada centímetro de su cuerpo también.
La verdad era que ambos se deseaban a morir. Ambos sentían desde el fondo de su ser que se pertenecían uno al otro y la forma física era solamente una de las millones de maneras en las que se lo demostraban.

Sintió a Sesshomaru subir su yukata hasta su prominente cadera para después volver a acariciar su pierna con su mano. El demonio se coló al interior de sus piernas mientras continuaba acariciándolas. Rin se humedeció al anticipar lo que venía: el Yokai la hizo separar ligeramente sus piernas y así, accedió con sus dedos a sus húmedos y sensibles pliegues femeninos.
La joven no fue capaz de contener un grito ahogado y mucho menos los jadeos que vinieron después.
Al cabo de unos cuantos segundos, el demonio sonrió para si con satisfacción y apartó su mano de la feminidad de su compañera.
Estando tan pegada al cuerpo de él, Rin pudo sentirlo mientras liberaba su ya endurecida y erguida masculinidad de entre sus ropas inferiores, humedeciéndose de nueva cuenta ante aquel simple pensar.

El demonio besó y acaricio cálidamente todo el cuerpo de la joven al que tenía acceso, haciéndola suspirar, jadear y gemir con placer. La deseaba tanto.
Poco a poco fue posicionándose contra ella de manera en que si miembro alcanzó la feminidad de ella por debajo de sus piernas flexionadas y de esa manera, pegándola más a él y de forma firme comenzó a penetrarla gradualmente.

Rin gimió llena de necesidad y placer mientras entreabría un poco sus piernas y apoyaba la superior en la de su compañero, despejándole así el camino.

El inhumano se movió con firmeza pero siendo cuidadoso, temiendo hacerle algún daño, mientras la rodeaba con su brazo aferrándose a uno de sus senos.
Pegó su rostro a la cabeza de ella, jadeando y quejándose justo sobre su oído mientras la escuchaba a ella hacer lo mismo y mucho más.
Con cada embestida, con cada gemido, con cada caricia, se perdían en el otro más y más, hasta sentirse uno solo, tal como ya lo eran en alma.
Rin llevó su mano a su boca intentando contener sus quejidos y gemidos, pero parecía ser imposible así que simplemente se aferró a él y sus sabanas mientras sentía su corazón latir desenfrenado y su cuerpo comenzar a empaparse...

------Dioses...-----Gimió ella.------En verdad... Me extrañaste...------Sonrió la joven a penas capas de hablar. Sesshomaru sonrió para sí mismo.
Rin sentía su vientre apretarse mientras el tan codiciado orgasmo se acumulaba sobre ella al igual que sobre su compañero.

-------Oh dios..!-----Exclamó la joven al sentir que no podía más y Finalmente sintió la calidez de la hombría liquida del demonio llegar a su interior y escapar entre sus piernas, mientras ahogaba sus gritos en sus manos y el justo sobre su oído.

Jadeantes y empeñados, se quedaron insertes intentando recobrar el aliento, mientras permanecían uno junto del otro.
Rin se movió cuidadosamente intentando cambiar de lado, Sesshomaru salió cuidadosamente de ella y le permitió recostarse sobre su pecho mientras podía sentir su cálido aliento golpear la piel que permanecía descubierta por sus prendas.
El demonio acariciaba la cabeza húmeda de la mujer con una mano, mientras la otra la posó sobre su vientre logrando así sentir a los no natos patear y removerse...

------Cuanto se supone que falta?-----Preguntó el Yokai algo seco.

-------Para que nazcan?-----Preguntó ella sintiendo asentir a su compañero. -------Un mes y tres semanas...según mis cuentas.-------Ambos se quedaron en silencio por un momento... El mismo pensamiento surcó sus mentes...------Solo falta un mes para la luna de sangre...

Sesshomaru suspiró pesadamente, casi podía sentir la angustia que invadía a Rin el solo pensar en eso.

------Tranquila...------Pidió el Yokai besando la cabeza de su compañera.

------Solo podré estar tranquila cuando te vea volver sano y salvo...-----Respondió ella mientras las lágrimas comenzaban a invadir sus ojos.

------Rin... Por favor... No llores.

Suaves sollozos escaparon desde el pecho de Rin y ella hundió su rostro en el pecho de su amado.

------Por favor, Sesshomaru...------Decía ella.------No te vayas... Quédate conmigo...con nosotros...

------Lo haría si pudiera, Rin, pero... Si lo hago, vendrán por los cachorros... No puedo...

-------Entonces...júrame que vas a regresar...

-------Rin, ya basta, no va a pasarme nada...

------Júramelo Sesshomaru!!!!

El dolor en aquel berrido suplicante, hizo que el demonio sintiera una terrible culpa en su pecho...

-------Te lo juro.

Aclisolar III: Luna de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora