Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Casi a la una de la madrugada, Magic Shop estaba lleno al máximo, las fuertes canciones con bajos duros y ritmos fuertes hacían que la gente se levantarán de sus asientos y fueran a la pista de baile.
Seokjin se sentía cansado. Le dolía la cabeza y los pies. Pero no se sentó, ni entró en su rincón oscuro. Fue a servir bebidas, relleno vasos y bocadillos, limpió las mesas y vació los ceniceros.
Un par de veces incluso contestó preguntas sobre el camino al baño y si tenía novio o no. Había contestado la primera pregunta con un dedo señalador en la dirección correcta, y la segunda con un movimiento de cabeza y una expresión desconcertada.
Alrededor de la medianoche, Jungkook le había dado un pulgar hacia arriba desde detrás de la barra. Y media hora después, su bolsillo rompió la marca de treinta wones. Técnicamente, la marca de los sesenta, pero la mitad pertenecía al hombre pálido en el área vip que lo había visto toda la noche con ojos de halcón.
Su nombre era Yoongi. Seokjin lo sabía ahora, porque innumerables hombres hablaban de él, en la pista de baile, en las otras mesas, en el baño, todos parecían conocerlo, y los que no lo conocían aún, querían reunirse con él tan pronto como sea posible.
Seokjin levantó un tazón de pretzels, limpiando la mesa número cinco, al escuchar cómo los tres jóvenes sentados a su alrededor, fantaseaban con el rostro perfecto de Yoongi y la forma en que sonrie con tanto encanto, con su "sonrisa de ansias". Seokjin volvió a poner los pretzels con un ruido sordo, se comió uno y juzgó totalmente a estos tres tipos por su estupidez. Si pensaban que Yoongi era tan perfecto, deberían intentar dormir frente a su puerta por una noche.
Caminó hacia la barandilla, mirando hacia el otro lado y la pista de baile, tratando de encontrar a Taehyung, pero no podía verlo por ninguna parte. En cambio, vio a un hombre a cuatro patas, con un collar de cuero negro alrededor del cuello, siendo dirigido por la multitud por otro hombre, sujetándolo por una correa, como un perro. Seokjin pensó en lo tonto que era eso, quitándose un mechón de cabello de la cara, queriendose limpiar también la nariz que goteaba, pero en el último segundo bajó el brazo y solo sorbio la nariz.
-Buen trabajo- una voz oscura le dijo desde atrás, un cálido aliento rozando su oreja.
Seokjin se dio la vuelta, sobresaltado, al encontrar a Yoongi justo delante de él, oliendo a whisky escocés y cuero, su chaqueta negra abierta, revelando una camisa negra lisa. Los guantes de cuero ya no estaban en sus manos. Seokjin parpadeó y se sonrojó, inmediatamente evitando su mirada, no teniendo ninguna opción para escapar, con la barandilla de cintura alta en su espalda y un cuerpo demasiado cerca en la parte delantera de él, casi tocando su pecho.
-Me voy ahora- Yoongi le dijo, poniendo sus manos en la barandilla, a la izquierda y derecha del cuerpo de Seokjin- Me gustó mucho lo duro que trabajaste. Tan bonito. Y puntos extra por no tener más mocos en mi camisa.
Seokjin asintió, mirando hacia otro lado, deseando que el hombre no estuviera tan cerca.
-Estoy seguro de que quieres decir buenas noches, ya que jodiste totalmente la oportunidad de saludarme correctamente hoy. ¿Verdad?
Seokjin contuvo el aliento y luego lo dejó escapar con un estresante suspiro, sin saber qué hacer. Se sacudió la cabeza para quitarse un largo mechón de pelo de su ojo y luego murmuró un pequeño "Noche". al lugar vacío a su izquierda.
Escuchó una risita en respuesta.
-Un intento más, cachorro.
Seokjin apretó los puños a los costados, con el pecho agitado por la respiración nerviosa, cuando miró por primera vez al hombro de Yoongi y, finalmente, miró su rostro, desafiante e inseguro al mismo tiempo.
-Buenas noches- era áspero y no muy ruidoso, pero lo más que podía hacer antes de tener que apartar la mirada otra vez, sintiendo que el calor le subía por la cara.
Yoongi no se movió por un tiempo, solo observó desde cómo Seokjin luchaba consigo mismo y con la situación. Y luego se inclinó, solo un poco, hablando muy cerca de la oreja del otro hombre.
-Tendremos que trabajar en eso, ¿verdad?- esperó el pequeño asentimiento, que sabía que vendría, y volvió a hablar- No duermas en mi propiedad. No vayas a mi casa antes de las siete.
Y luego se fue, solo caminó de regreso con sus amigos, recogiendo sus cosas, acariciando la espalda del hombre de gran sonrisa, sonriendo sobre algo que el hombre de hoyuelos dijo, bebió el resto de su whisky y luego se fue, bajó las escaleras, a través de la multitud, tan imponente como había sido su entrada, girando la cabeza como si fuera una especie de rey misterioso o una celebridad.
Seokjin lo observó desde arriba, olfateando su nariz, sintiendo extraño en algún lugar profundo de su pecho.
*****
Trabajó hasta el último minuto posible, soplando su nariz tres veces en una servilleta que había encontrado en una de las mesas. Y cuando llegó el momento de irse y Jungkook cerró la puerta con llave, se sintió frío y muy solo, y se ajustó el delgado suéter alrededor de su cuerpo mientras caminaba por la ciudad, buscando un lugar para pasar las horas hasta las siete de la mañana.
Casi al amanecer, un hombre sin hogar se sentó en el suelo, apoyado contra una alta cerca de alambre, fuera del gran complejo de la fábrica, tratando de no quedarse dormido.
Gracias por el amor y perdonen si hay algun error 🙏 Falta uno 😚😚😚
