Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Seokjin se estremeció y se arrastró debajo de la mesa, gritando de pánico, cuando le agarraron el tobillo y lo sacaron de nuevo inmediatamente con un rápido movimiento.
-¡LO SIENTO!- gritó, tratando de protegerse la cara con brazos temblorosos- ¡Lo siento, PAPÁ!- lloró y gritó de dolor, mientras el ancho cinturón de cuero lo golpeaba una y otra vez, mientras su furioso padre escupía todos los insultos que podía imaginar, porque su hijo era un cabrón malparido.
El cuero afilado cortó la piel pálida, dejando marcas profundas y sangrientas, hasta que los gritos de dolor y miedo se hicieron roncos, y finalmente se atenuaron a llanto bajo y sollozos silenciosos.
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Seokjin se despertó bruscamente, empapado en sudor, saliendo de la gran cama de la habitación del hombre pálido y enojado. Se encorvó en un rincón, de espaldas a la pared, jadeando pesadamente, hasta que se dio cuenta de que había estado soñando y que ahora era un hombre adulto, no un pequeño niño de ocho años.
Se limpió algunos mechones de cabello húmedo de su cara, enojado, porque su corazón aún latía con fuerza en el pecho, y abrió la puerta, saliendo del apartamento y caminando a través del área vacía del club de la Fábrica de Cuero, descalzo y solo con su ropa interior.
La oficina no estaba cerrada con llave, las luces estaban encendidas y un hombre pálido estaba sentado en su escritorio, ocupado con algunos trabajos en línea.
-Buenos días- Yoongi terminó el correo electrónico en el que estaba trabajando y lo envió, antes de mirar hacia arriba. Un ceño fruncido se movió instantáneamente sobre su rostro, cuando vio al hombre medio desnudo en el marco de la puerta.
Empujó su computadora portátil unos centímetros sobre el escritorio y se recostó en su silla, extendiendo una mano.
-Ven aca.
Seokjin lo hizo, con una expresión en blanco, sin molestarse en poner ninguna resistencia cuando Yoongi lo agarró de la muñeca y lo sentó sobre su regazo.
-¿Qué pasa?- Yoongi puso una mano en la sudorosa frente de Seokjin, estudiando su rostro pálido.
Seokjin olfateó, encogiéndose de hombros.
-Nada.
Yoongi le dirigió una larga mirada, sonriendo levemente después de un momento.
-Mentiroso, tu nariz crecerá si dices mentiras- guiñó un ojo y agarró su teléfono, marcando el número 4, acariciando silenciosamente la parte posterior del cuello de Seokjin hasta que su llamada fue respondida- Sunhee, sé la mejor chica de esta ciudad y trae algo de desayuno a mi oficina. Y una camisa y un par de calcetines- volvió a bajar el teléfono, acercó su computadora portátil otra vez y escribió una dirección web- Este es un nuevo diseño. ¿Qué piensas?- se deslizó hacia atrás con su silla y giró su computadora portátil, para que Seokjin pudiera ver la pantalla.
