Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
❕🚫 Capítulo con contenido sensible. Descripción gráfica de violencia, abusos y maltratos. Siéntete libre de saltarte este capítulo si sos una persona sensible 🚫❕
Gracias por el amor y el apoyo 💕 I Purple You 💜💜💜 Besos voladores 😙😙😙
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Qué, realmente pensaste que le gustabas a esa niña?- el señor Kim rió a carcajadas, sacudiendo la cabeza- ¿Por qué alguien querría a un mugroso como tú, mocoso? ¿Te has mirado en el espejo últimamente?- tomó a su hijo sollozando por el cuello, arrastrándolo por la casa, prácticamente arrojándolo contra la puerta de su habitación. Estaba cerrada. El señor Kim le dio una patada al niño que lloraba en el suelo- Abre la puerta.
Seokjin negó con la cabeza, frenéticamente. No quería abrir la puerta. No otra vez. Todo al otro lado de la puerta era doloroso, feo y horrible.
-¡ABRE LA PUERTA!- la furiosa voz del señor Kim resonó a través de la pequeña casa como un trueno, exigiendo ser obedecido al instante.
Seokjin sabía que ya no tenía sentido pelear. Sucedería, porque siempre sucedía, sin importar lo que intentara o dijera o cuántas piedras bonitas le regalará a su padre, cuántas imágenes coloridas dibujara, cuántos sándwiches de súper mantequilla de maní le hiciera. Nunca era lo suficientemente bueno para el señor Kim. El castigo vendría de todos modos. Así que se levantó del suelo y tocó el pomo de la puerta con dedos fríos y temblorosos, girándolo hacia la derecha. Eliminó la última barrera segura entre él y la habitación más horrible de la casa.
Se limpió la cara mojada con la manga de su suéter sucio y observó cómo la puerta se abría lentamente, haciendo un sonido chirriante.
Algo era diferente hoy. Podía ver la horrible cama grande con las sábanas sucias y la delgada manta, que tenía manchas de cerveza por todas partes. Pero la cama no estaba vacía, esperando que se recostara, en silencio sobre su espalda, como una maldita y pequeña mierda, como solía decirle su padre.
Un hombre pálido con los pies descalzos y chaqueta de cuero negra estaba allí, durmiendo boca abajo, como si el viejo colchón fuera el lugar más tranquilo de la tierra.
Se veía hermoso, con el pelo corto y negro y un jean rasgado. Su mano fuerte sobre la almohada, vestida con un guante de cuero negro. Toda la habitación olía bien y era segura, como a perfume almizclada, cuero grueso y piel limpia. Como si todo estaba bien y tranquilo porque él estaba ahí.
Un enjambre de 1000 mariposas explotó en el estómago de Seokjin, mientras corría hacia la cama y tocaba el brazo del hombre, queriendo escuchar la voz suave y profunda. Sabía lo que iba a decir. Que Seokjin es un buen chico.
Sacudió un poco el hombro de cuero, sonriendo alegremente.
-Despierte, señor.
El hombre pálido no se despertó. Pero eso estaba bien, Seokjin sabía lo que ayudaría. Corrió a su propia habitación, sacando con entusiasmo su caja de madera secreta de debajo de la cama. Estaba lleno de todas las piedras de guijarros súper bonitas que había recogido. Las grises y las pequeñas en color negro y uno que tenía la forma de un gato de verdad, simplemente sin patas.
