Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Cuando la puerta volvió a hacer clic y entró Yoongi, seguido por su perro, Seokjin no levantó la vista, pero vio por el rabillo del ojo cómo se sentaba obedientemente Lobo, después de chasquear un dedo.
Escuchó el arrugamiento de un envoltorio de plástico, y luego el olor a cuero llenó su nariz, cuando Yoongi se agachó frente a él, cepillándole un largo mechón de la frente con una mano, mientras sostenía un pañuelo de papel limpio en su nariz con la mano. No había ninguna orden para sonarse la nariz, pero Seokjin lo hizo de todos modos, y después de un momento, una segunda vez y una tercera.
Yoongi dobló el pañuelo y limpió debajo de la nariz del hombre antes de tirarlo, se levantó y le hizo un movimiento con la cabeza. Luego chasqueó los dedos, esperando que Lobo también los siguiera escaleras arriba.
Ambos fueron tras el hombre. Lobo un poco más entusiasta, pero ambos llegaron al piso superior.
Yoongi mantuvo la puerta abierta. "Zapatos." Fue todo lo que dijo, antes de poner su chaqueta en el perchero y entrar en la sala de estar.
Seokjin esperó treinta segundos antes de sentarse en el suelo y desatarse los cordones de los zapatos. Luego, colocó sus zapatos al lado del paraguas negro, pegados a la pared, uno al lado del otro.
Cuando se asomó a la sala de estar, sacudiéndose la cabeza para quitarse un largo mechón de pelo de los ojos, Yoongi señaló una silla. Era una del comedor, pero estaba colocada en el centro de la habitación.
-Siéntate.
Seokjin quería contradecir, pero luego no lo hizo, después de echar un vistazo a la cara seria del otro hombre. Se sentó con los hombros encorvados, temblando nerviosamente con la tela de su camisa en sus manos, sin saber de qué se trataba todo esto.
-Sientate derecho- Yoongi metió dos dedos entre los omóplatos de Seokjin y, después de un momento, frotó la nuca de manera gratificante con el pulgar, cuando el hombre enderezó los hombros- Mucho mejor- apoyó el dorso de su mano en la frente de Seokjin, comprobando la temperatura- ¿Tuviste que vomitar de nuevo?
Seokjin se encogió de hombros, alejándose del toque. Realmente quería entregar el dinero y hacer la cruz estúpida para que pudiera irse.
Yoongi inhaló, chupando sus labios, lamiendo el inferior.
-Mira. En mi casa, o sigues las reglas, o terminas en la silla del chico malo- se agachó, tratando de atrapar la mirada de Seokjin- En caso de que te lo preguntes, es en la que acabas de estacionar tu dulce trasero.
Seokjin miró a un lado, cruzando un brazo sobre su pecho, no le gustaba esta conversación.
-Tener que sentarse en esta silla significa que rompiste una regla y, por lo tanto, tienes que pensar en tu mal comportamiento- Yoongi caminó hacia la cocina, sacando la taza roja del armario superior- Cuando hayas terminado de pensar- lo llenó con agua del grifo- Me informas sobre porque lo hiciste y te disculpas- y lo llevo hacia donde estaba Seokjin- Toma el agua.
