Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Seokjin subió las escaleras como una cigüeña. Descalzo, con un pantalón de chándal demasiado holgado y demasiado grande, un sueter a juego, un collar ancho alrededor de su cuello y una correa de cuero negro y malvado atado detrás de sus bolas.
-Camina, camina, cachorro- Yoongi gritó a través de la escalera vacía, llegando al último piso- Quieres darte prisa, tengo que irme pronto.
La puerta estaba abierta cuando Seokjin lo alcanzó. Él movió la cabeza y se hizo a un lado, mientras Yoongi sacaba el equipaje y lo dejaba frente a la puerta.
-Sé bueno y despierta a Taehyung por mí.
-Hm- Seokjin observó un momento cómo Yoongi apilaba todas las bolsas, con su chaqueta de cuero en la parte superior, y luego se dio la vuelta y se fue a la sala de estar.
Taehyung todavía estaba en el sofá, acostado sobre su estómago, su cabeza oculta por un desorden de cabello azul, la mitad de su cuerpo desnudo cubierto por una manta.
Seokjin le dio un golpecito. Primero el hombro, luego el costado, luego lo sacudió un poco más fuerte, porque realmente no era bueno para despertar a la gente de manera amistosa.
-Hhh- Taehyung gruñó algo peculiar, agitó su brazo derecho con desaprobación y finalmente levantó la cabeza, entrecerrando los ojos ante el brillo maligno de las siete de la mañana- Estoy durmiendo.
Seokjin parpadeó, sin saber qué hacer con la información, y luego señaló acusadoramente hacia la puerta principal.
-Dijo que te despertará.
Taehyung miró con cansancio a través de su cabello despeinado hacia el hombre pálido y de pecho desnudo en la sala de entrada, luego suspiró con frustración y se cubrió la cabeza con la manta.
-Sin camisa, sin zapatos, no hay servicio.
Seokjin observó perplejo y luego rápidamente se apartó, cuando Yoongi irrumpió en el sofá y quitó la manta.
-¡Quieres repetir eso para mí, muchacho!
Taehyung levantó la cabeza y miró a Yoongi con una sonrisa.
-¿Me encantaría estar al servicio, señor?
-Mhm- Yoongi lo miró fijamente durante cinco segundos, luego le arrojó la manta a la cabeza- Levántate, vístete, espera abajo junto al auto. Diez minutos. Quieres decirme adiós.
-Sí señor- Taehyung se sentó, amando a su papá gruñón por la mañana. Estiró los brazos por encima de su cabeza, observando a Yoongi irse, luego miró a Seokjin, congelándose cuando vio el nuevo accesorio alrededor de su cuello.
-¿Qué?- hizo grandes sus ojos, se levantó y lo tocó, antes de que una gran sonrisa de felicidad apareciera en su rostro- ¿Él te lo dio? ¡Oh, Dios mío!- le sonrió a Seokjin mientras gritaba por la habitación- ¿Puedo abrazarlo, señor?
