Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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De vuelta en la habitación, Yoongi arrojó su tarjeta de acceso, el teléfono y la bolsa de plástico sobre la mesa lateral y le chasqueó los dedos a Seokjin, que tenía algo de Vía Láctea fundida en la comisura de la boca.
-Ve a quitarte el azúcar de tus bonitos dientes, mear, quítate el pantalón y vuelve. Te quiero en la cama. Es hora de cerrar los ojos, ¿no?
Apenas era la una y media de la tarde, así que Seokjin no estaba seguro de eso, pero tenía que orinar y realmente quería estar en la cama con el hombre pálido y enojado, por lo que no contradijo.
-Sí- entró en el baño, se sentó a desabrocharse los zapatos, se levantó para quitarse el pantalón y movió el trasero para cuando se paró frente al inodoro, porque todo el movimiento hacía que su tapón se sintiera realmente bien.
Terminó y fue al fregadero para lavarse las manos y cepillarse los dientes, apretando los muslos y luego poner una mano entre ellos, frotándose la ropa interior.
Cuanto más presión usaba, mejor se sentía y más difícil era concentrarse en cepillarse los dientes. Respiró con fuerza alrededor de su cepillo de dientes, doblando un poco las rodillas cuando sus músculos internos se apretaron alrededor del tapón.
-¡Cachorro, muchacho! ¡Estoy esperando!
La voz exigente a través de la puerta del baño hizo que se congelara en seco y se detuviera instantáneamente. Miró su cara sonrojada en el espejo, se lavó los dientes durante un par de segundos más y escupió, enjuagándose la boca.
Yoongi se levantó del escritorio cuando Seokjin salió del baño y cerró la puerta.
-¿Hiciste pis?- Yoongi se acercó, dándole una mirada escrutadora.
-Sí- Seokjin asintió, intentando mirarlo.
-¿Has cepillado tus dientes?
Seokjin asintió de nuevo, sorbiendo la nariz.
Yoongi asintió también, metiendo la punta de su lengua en la esquina de su boca.
-¿Te tocaste?
Algo caliente y pesado cayó en medio del pecho de Seokjin, quería mirar hacia abajo, pero luego optó por una mirada desafiante al pecho pálido, asomándose por el cuello de la camisa negra con cuello en V de Yoongi.
-¿No?
-Yo digo que Jin se tocó- Yoongi se acercó una pulgada, inclinando su cabeza- ¿Estás mintiendo o sólo soy yo?
Seokjin no sabía qué hacer, con sus manos nerviosas. Él no quería responder.
-DOS.
Seokjin parpadeó, exhalando estresado. Evitó sus ojos.
-Yo- se sorprendió de lo impudente que sonaba su voz. Realmente no quiso que sonara de esa manera.
-¡Sí tú!- Yoongi no parecía estar divertido por la situación- ¿Se te permite mentir o tocarte?
