Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después del desayuno, Seokjin siguió al hombre pálido y enojado por las escaleras. En realidad no estaba enojado en absoluto hoy. Era bastante amable y le había dado a Seokjin un nuevo paquete de pañuelos de papel.
Bajaron todas las escaleras hasta el primer piso y Yoongi abrió la pesada puerta de hierro que llevaba a través de la galería, bajó las escaleras de metal hasta la gran sala donde había estado dictando el seminario.
-Este es el club. Organizo eventos regulares aquí, a veces talleres. Recibo a muchas personas.
Seokjin miró a su alrededor mientras caminaban por la habitación. No era muy diferente de Magic Shop. Solo más grande y con más acero y metal.
Yoongi fue hasta el otro extremo, a través de un marco de puerta sin puerta. En su lugar, tenía una cortina hecha de tiras gruesas de caucho negro. Los mantuvo a un lado, para que Seokjin pasara.
-Este es el Centro. Es el área de juego.
Seokjin agachó la cabeza con cautela, caminando debajo del brazo de Yoongi. Dio dos pasos y luego se detuvo en shock. Toda la sala era de cuero negro y acero plateado. Grandes cruces en forma de X a lo largo de la pared, dos jaulas enormes, lo suficientemente grandes como para un oso o león, bancos y mesas cubiertas de cuero con cadenas, puños y objetos extraños en todas partes. Seokjin se dio la vuelta para irse, gruñendo furioso a Yoongi, sin saber qué más hacer.
Yoongi sacudió la cabeza con cara seria, agarró el brazo de Seokjin y luego lo tomó de la mano con firmeza, mientras paseaba al hombre desafiante por la habitación.
-Te traje aquí porque quiero que conozcas mi trabajo. Lo hago por mi propio placer o para educar, para mostrarle a los demás cómo se hacen correctamente las cosas. No voy a mentirte ni engañarte- habló en un tono tranquilo y claro, frotando la mano de Seokjin con el pulgar- ¿Sabes qué es una escena?
Seokjin no lo sabía y no contestaba, mirando con ira una de las mesas cubiertas de cuero. Tenía grilletes, puños y cinturones anchos de cuero para atar a alguien. Intentó sacar sus dedos de la mano de Yoongi, gruñendo de nuevo.
-Eso no es para evitar que corras- Yoongi apretó la mano del otro hombre en una advertencia y no la soltó- Es para que te sientas bien y seguro- tiró de un cinturón de cuero atado a la mesa, y luego caminó con Seokjin a una de las jaulas en el otro extremo de la habitación- Lo mismo que esto. ¿Qué pasa si te dejo entrar aquí?- abrió un poco la puerta de la jaula, mirando a Seokjin, y después de un momento arqueó las cejas con una inclinación de cabeza cuando no obtuvo respuesta.
-Estaría atrapado- Seokjin murmuró desafiante, tirando de su brazo.
Yoongi asintió con la cabeza.
-Bueno, estarías atrapado si yo fuera un puto carcelero- una leve sonrisa acurrucó las comisuras de su boca- Pero no lo soy. Podría permitirte entrar aquí y cerraría la puerta con llave- caminó con Seokjin lentamente alrededor de la gran jaula de acero, permitiéndole verla desde cada lado- Tú no tendrías miedo porque sabrías que tengo la llave. Sabes que te doy comida y muy buena agua, ¿verdad?- él arqueó una ceja al otro hombre- En tu propia taza. No estarías atrapado, estarías muy seguro aquí. ¿No lo crees?
