Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Seokjin llegó a la oficina del sótano de la Fábrica a las 8:28 a.m, en su mejor comportamiento, con un teléfono inteligente tonto y el más nuevo problema de salud de los hombres en la mano. Empujó la puerta, pero solo un poquito, cuando se dio cuenta de que Yoongi no estaba solo. Había otra persona adentro. Un hombre.
-Jin, entra- Yoongi se paró detrás de su escritorio, firmando varios papeles- Sé bueno y muéstrale a este caballero dónde está la tienda. Quiere entregar las cajas de la sala de exposición de la Convención.
-Hm- Seokjin movió la cabeza, abrazando la revista cerca de su pecho- Bueno- ciertamente podría hacer eso. Él conocía el camino y vería a Taehyung en la tienda, lo cual era algo bueno.
-Gracias- Yoongi le devolvió los papeles firmados al tipo de FedEx y otro a Seokjin- Y dáselo a Chan. Dile que necesito todo de esta lista para esta noche.
-Si- Seokjin asintió y quiso agregar un cortés 'señor', pero el hombre de FedEx Express lo miró, y luego la palabra simplemente no salió.
Yoongi le sonrió de todos modos.
-Bien. Quieres darte prisa y volver a mí.
-Si- Seokjin lo quería mucho. Para aprender las palabras tontas y finalmente obtener la llave de la motocicleta. Luego podría ir de paseo con Yoongi.
El repartidor saludó con un cordial 'gracias y adiós', y siguió a un hombre tímido a través del laberinto de la Fábrica de Cuero, afuera, más allá de una sonrojada señora de la limpieza que acababa de sacar la basura, más allá del cartero que esperaba echar un vistazo del hermoso hombre pálido con el que tuvo una aventura de una noche hace dos años, más allá del garaje cerrado con llave, a la vuelta de la esquina, directamente a la entrada de la tienda de cuero de Yoongi.
Namjoon levantó la vista cuando se abrió la puerta.
-¿Entrega de Washington?
-Hm- Seokjin asintió tímidamente, guiando al hombre al interior.
-Guau- el chico joven con el portapapeles miró a su alrededor como si lo hubieran dejado en la luna- Eso es mucho cuero y... otras cosas.
Namjoon estaba acostumbrado a esa reacción a su mercancía.
-¿Tengo que firmar esto o...
-¿Hm?- el hombre de FedEx salió de su asombro y sacudió la cabeza- Erm, no, tu jefe ya firmó. ¿Dónde debo poner todas las cosas?
-Bueno, lo mejor es que...- Namjoon hizo un gesto hacia los cuartos de almacenamiento y luego se detuvo en seco, entrecerrando los ojos a Seokjin, quien lo miró nervioso, tirando de sus dedos- ¿Algo en lo que pueda ayudarte?
-¿Dónde está Tae?- la pregunta no sonó cortés o amistosa, pero Seokjin se alegró de que hubiera salido.
