Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Después de un retraso general de casi cinco horas, todo el horario de ese miércoles fue desordenado.
Y a Yoongi no le hizo gracia.
-No, reprograme la reunión, no llegaré a tiempo- habló por teléfono mientras ayudaba al taxista a descargar el equipaje del automóvil- Necesita ser por la mañana. Estoy fuera de la ciudad el jueves por la noche.
Seokjin tomó la maleta que le entregaron y entrecerró los ojos debajo del flequillo que le caía en los ojos. No sabía que Yoongi volvería a salir de la ciudad y no le gustó la idea.
-Bien, házmelo saber- Yoongi terminó la llamada y volvió a guardar el teléfono en el bolsillo, entregándole a Seokjin otra pieza de equipaje- Ese es mi bolso personal. Llévalo a mi oficina, por favor. La maleta arriba, y no olvides quitarte los zapatos, ¿verdad?
-Hm- Seokjin asintió- Está bien- bajó las tres escaleras hasta la pesada puerta del sótano, casi golpeó el bolso contra el marco de la puerta, miró culpablemente a Yoongi y luego llevó todo dentro. La oficina estaba fría, oscura y olía a familiar. Le gustó, y no se molestó en encender las luces, simplemente colocó cuidadosamente el bolso en el sofá, donde seguramente no podría dañarse, luego arrastró la pesada maleta por un pasillo medio oscuro, a la vuelta de la esquina y a través de la esquina. La enorme área del club y las escaleras anchas de metal, hasta la galería, y abrió la puerta de acero blanco para entrar en la escalera. Parpadeó y tímidamente levantó los hombros, cuando Yoongi sonrió y le guiñó un ojo, ocupado llevando dos bolsas arriba. Realmente le gustaba el hombre pálido y enojado y su increíble casa en la fábrica.
-¿Eres un buen cachorro ayudante?
Seokjin asintió con la cabeza, sintiéndose felizmente cálido y un poco avergonzado al mismo tiempo, mientras levantaba la maleta otros tres pasos, tratando de mantener el ritmo de Yoongi.
-Si.
-Sí lo eres- Yoongi confirmó y abrió la puerta de madera marrón en el piso superior, abriéndola. Un gran pastor alemán ladro en la sala de entrada, haciendo ruidos sordos en el piso de madera impecable, moviendo la cola con entusiasmo. Yoongi dejó las maletas y se dio unas palmaditas en el muslo, permitiendo que el perro lo saludara- ¡Buen chico! ¿Me extrañaste tanto?
Seokjin no pudo evitar sentirse un poco celoso. Arrastró la maleta dentro y cerró la puerta, agachándose para quitarse los zapatos. Lobo vino a olisquear el costado de su cara y le lamió la mejilla dos veces. Él cerró los ojos con fuerza.
-Buen trabajo, saludando a mi Jinnie tan amablemente- Yoongi sonrió satisfecho y acarició la cabeza del perro de manera gratificante, luego chasqueó los dedos y señaló la sala de estar- Ve, espera adentro.
Seokjin se quitó el segundo zapato, los puso a un lado y miró hacia arriba, sin estar seguro por un segundo si la orden era para él, pero Yoongi colocó una mano en la parte superior de su cabeza, sosteniéndolo hacia abajo.
