Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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La oficina del señor Jeon era del tamaño de un auto compacto, pero como un hombre pálido y muy enojado había llenado la habitación con su presencia intimidante, se sentía más como una caja de zapatos.
-Es un traje de trabajo- él todavía trató de mantenerse firme, cruzando sus brazos desafiante- No hay nada malo en ello.
Yoongi honró su declaración con una risa divertida, echando la cabeza hacia atrás, caminando lentamente de un lado a otro frente al escritorio de Jungkook.
-Bueno, tengo que admitir que estás absolutamente en lo cierto. No hay nada de malo en ese maldito traje- sacudió la cabeza, masajeando el puente de su nariz- PERO, poner ese atuendo en un sumiso inseguro, en una puta habitación llena de borrachos, inútiles con el pene caliente, sin proporcionar ningún tipo de seguridad... bueno, eso- la sonrisa en sus labios no coincide con la expresión fría en su ojos mientras se inclinaba sobre su escritorio- ESO, señor Jeon, es un gran error en muchos aspectos.
Él entrecerró los ojos, retrocediendo una pulgada en su silla.
-Pff... Hasta ahora nunca hemos tenido ningún problema.
-¿Oh si?- él levantó las cejas y su voz- ¡Bueno, tendrás un puto ASUNTO de problemas si alguien en este mugroso edificio alguna vez intenta cruzar la línea con ese chico otra vez!
Él mantuvo los brazos cruzados frente a su pecho, pero miró hacia un lado. Casualmente, no se acobarda en absoluto.
-Él puede cuidar de sí mismo.
Yoongi se enderezó, rodando su lengua detrás de sus dientes, antes de darle una mirada fría una vez más.
-Está haciendo un gran trabajo para ti y tú cumpliras con tus responsabilidades como su supervisor directo. Por otro lado, llevará lo que se sienta cómodo y nunca más será acosado por nadie porque TÚ, personalmente, te asegurarás de eso- se dio la vuelta para irse- Y trabajará desde las siete hasta la medianoche, ni un minuto más. Si necesitas a alguien por el resto de la noche, contrata a otro hombre.
-Espera- una leve sonrisa se dibujó alrededor de sus labios, cuando estaba a punto de abrir la puerta- Ya que te gusta mucho mi personal, ¿por qué no vienes más a menudo? Eres muy beneficioso para los negocios.
-Lo sé- él le devolvió la sonrisa- Es por eso que el mío es mucho más exitoso que el tuyo.
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Llovió en el camino de vuelta.
Seokjin se sentó tranquilamente en el asiento trasero, con su uniforme de noche de ropa interior y una pesada chaqueta de cuero, mirando por la ventana a la oscuridad borrosa.
Una camioneta los pasó, con una moto cargada en la parte posterior. No podía distinguir qué marca era, porque el agua que corría por el cristal hacía imposible ver los detalles. Pasaron por una gasolinera, un motel y un Burger King. Luego se detuvo en las luces rojas. El ruido rítmico de los limpiaparabrisas y los tambores de lluvia sobre el techo llenaron el auto.
