Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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-¡Despierta hermoso cachorro dormilón!
Seokjin se acurrucó en una bola como un erizo asustado, cuando le sacaron bruscamente la maravillosa y gruesa manta, y una voz fuerte y alegre llenó la habitación de repente demasiado brillante.
-¡El dia esta comenzando! ¡Es hora de cepillarte los dientes!
Seokjin levantó la vista, arrugando la nariz debajo de su pelo despeinado.
El hombre pálido, en ropa interior, pasó junto a la cama y desapareció en la sección de baño de la habitación, aplaudiendo con energía:
-¡Vamos, vamos, muchacho!
Cuando Seokjin salió de la cama y entró en el baño, la ducha ya estaba corriendo. Se frotó la oreja y se rascó el hombro.
-Cepilla tus dientes.
La voz salió de la ducha.
-Hay un cepillo de dientes en el lavabo para ti.
Seokjin lo vio. Era azul oscuro con una franja de color rosa. Una clara actualización al dedo índice que usaba habitualmente.
-¡Tres minutos! ¡El reloj no se detiene!
Seokjin tomó el cepillo de dientes y de mala gana comenzó a cepillarlo sobre sus dientes, mirándose en el espejo por un segundo, y luego apartó la vista cuando le recordó cómo era en realidad.
La puerta de cristal de la ducha se abrió y un hombre desnudo y completamente empapado salió, agarrando una toalla del calentador de toallas en la pared. Se secó la cara, se frotó las orejas y luego se envolvió la toalla alrededor de la cintura, caminando detrás de Seokjin, casi de pie contra la espalda del hombre.
La mano de Seokjin se congeló, deteniéndose para mover su cepillo de dientes. Miró al espejo, al ver al hombre mojado de pie muy cerca, sintiendo gotas de agua empapando la camisa en su espalda.
Yoongi no se miró al espejo. Se inclinó desde atrás sobre el hombro de Seokjin y frotó su mejilla húmeda contra su cálida mejilla.
-Buen dia, cachorro. Te ves tan bonito por la mañana.
Seokjin bajó los ojos, seguro de que se burlaba de él.
Yoongi presionó su nariz contra la piel justo detrás de la oreja de Seokjin, inhalando profundamente.
-También hueles malditamente bien.
Seokjin levantó el hombro y se estremeció porque se sentía avergonzado.
Yoongi se enderezó.
-Date la vuelta- esperó pacientemente hasta que el otro hombre se había girado hacia él, mirando a todas partes, menos a su pecho desnudo y mojado. Yoongi tomó el cepillo de dientes de la mano de Seokjin, humedeciéndolo debajo del grifo, antes de extender un poco de pasta de dientes sobre el- ¿Quieres ser extra bueno para mí?- le devolvió el cepillo de dientes y agarró la barbilla de Seokjin, inclinándola para crear contacto visual- ¿Te lavarás los dientes durante tres minutos mientras salgo con Lobo?
