Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Las puertas de acero sólido de 8 pies resonaron a través del sótano de la Fábrica de Cuero, cuando Yoongi regresó.
Cruzó los brazos, parado al pie de las amplias escaleras de metal, observando a Seokjin balancear el largo látigo de cuero una y otra vez, a través del espacio vacío del área del club, con toda su fuerza, usando todo su cuerpo para sacar el máximo provecho de cada golpe.
Una sonrisa orgullosa movió las esquinas de la boca de Yoongi hacia arriba.
-Prueba sobre la cabeza. Brazo a doce, látigo a nueve, enderezar a las tres. Medio círculo.
Seokjin se dio la vuelta, sobresaltado. No había escuchado a Yoongi regresar, pero toda su cara se iluminó cuando lo vio.
-Vamos, inténtalo- Yoongi le devolvió una sonrisa.
Seokjin asintió, tratando de balancear el látigo en un círculo sobre su cabeza.
-No la muñeca- Yoongi mostró el movimiento correcto del brazo- No hagas eso. Quita todo el brazo. Va a ser mucho más fuerte porque tu cuerpo tiene más impulso.
Seokjin lo intentó de nuevo, azotando el látigo cuando le dijeron que lo hiciera, golpeando con fuerza. Él sonrió, mirando a Yoongi.
-¿Ves? Ahora eres un chico malo- Yoongi lo vio hacer cuatro columpios más, antes de caminar hacia Seokjin y extender su mano.
-Suficiente diversión para hoy. Muéstrame tu trabajo.
Seokjin pareció un poco decepcionado, pero le dio el látigo, moviendo la cabeza para quitarse un poco de pelo de los ojos. Siguió al otro hombre a través de la habitación, a través de la cortina de tiras de goma hacia el área de juegos, deteniéndose cerca del marco de la puerta, observando cómo se inspeccionaba su trabajo.
-¿Todo desinfectado?- Yoongi volvió a poner el látigo en el lugar que le correspondía y pasó los dedos por algunos de los muebles.
-Mhm- Seokjin puso sus manos detrás de su espalda nerviosamente- Sí.
-Las justas van al revés- Yoongi dio la vuelta a las justas de equitación- Ese es el mango- fue a revisar las jaulas, miró debajo de las sillas de azote, deslizó la palma de la mano sobre el acolchado de cuero de la amplia mesa de contención- Se ve bien- y enarcó una ceja a Seokjin- Parece que estás perdonado por golpearme, ¿verdad?
La culpa pesada nublaba el rostro de Seokjin al instante. Él asintió, bajando los ojos.
