Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Seokjin miró desafiante a la puerta. Él no se desnudaría ni se sentaría en ninguna estúpida bañera.
Pero algo olía bien y el aire cálido y húmedo era agradable. Así que caminó a través del dormitorio, pasó la pared de vidrio y miró a su alrededor.
La sección de baño de la habitación estaba revestida de piedra gris. Tenía una gran bañera, junto a una ducha a ras del suelo por un lado, un lavabo y un inodoro por el otro. Pasó sus dedos sobre una toalla blanca, colgada de la pared sobre un calentador de toallas de acero inoxidable, como si fuera una especie de escalera.
El ruido de la corriente de agua era fuerte en la habitación adjunta. Seokjin vio salir agua del grifo, de forma transparente, solo para volverse mágicamente verde una vez que se mezcló con el agua en la tina medio llena. Olía a hierbas, jabón y tenía espuma blanca encima.
Seokjin metió su dedo y lo hizo girar por un momento. Nunca había usado una bañera, porque no tenían una en casa. Pero desnudarse aquí y usar la bañera de un extraños era absolutamente imposible. Y se había bañado justo ayer en la academia de natación.
La puerta del dormitorio se abrió y entró el hombre pálido, no enojado pero obviamente tampoco muy feliz. Sacudió la cabeza mientras se colocaba detrás de la pared de cristal.
-Estás enfermo. Quiero que te relajes en un baño caliente y agradable. Te ayudaré en contra de tus putos sollozos- apagó el agua- Desvístete y entra. Cinco minutos.
Seokjin lo vio irse, sorbiendo la nariz.
Y después de un breve respiro, se quitó el suéter. Luego su pantalón, y finalmente su camisa manchada. El suelo estaba fresco debajo de sus pies descalzos cuando se quitó los calcetines y rápidamente los escondió debajo del suéter, porque realmente no quería perderlos. Miró a través de la pared de vidrio hacia la puerta del dormitorio y escuchó si había algún ruido, antes de quitarse la ropa interior y meterse en el agua verde y espumosa. Era mucho más cálido de lo esperado. Inhaló y contuvo el aliento cuando se metió por completo en la bañera, agachándose, cerrando los ojos. Tenía mucho calor, podía sentir su piel quemarse.
No se movió hasta que la puerta se abrió de nuevo y entró Yoongi, empujando la ropa desparramada en el suelo, todo en una pila con su pie.
-Caliente, ¿verdad?- se sentó en el borde de la bañera- Se supone que es bueno para tu salud.
Seokjin abrió los ojos, parpadeando a través del largo flequillo hacia el otro hombre. Puso una mano sobre su entrepierna, limpiándose el cabello húmedo de la cara con la otra. ¿Por qué ese hombre estaba sentado aquí, mirándolo? Quería que se fuera.
Yoongi se rió ante su miserable expresión, entregándole una toalla.
-Vamos, recuéstate, trata de relajarte- se levantó y volvió a la habitación, abriendo su armario- ¿Te agrada Taehyung?- sacó una camisa negra nueva del estante superior y, después de un momento de silencio, habló un poco más fuerte- Te dije cómo funciona. ¡Te pido que respondas! Muy simple- sacó otra camisa, azul oscuro y manga larga. Lo desdobló y lo mantuvo abierto para examinar el tamaño.
