Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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A las 6:11 pm, Seokjin entró en la oficina de Yoongi, se había dado una ducha y se vistió para ir a trabajar, con una mochila negra sobre el hombro.
Yoongi no levantó la vista de su trabajo.
-¿Ya limpiaste el baño?
Seokjin sacudió su cabeza, quitándose un mechón de cabello de sus ojos.
-Sí- incluso había limpiado la pequeña ventana.
-¿Qué empacaste para cenar?
Seokjin dejó su mochila, la abrió y rodeó el escritorio para que Yoongi echara un vistazo a la bolsa.
Yoongi terminó su oración antes de mirar hacia arriba y revisar la mochila. Había una botella de leche de almendra sabor vainilla y la mitad del contenido del frutero.
-¿No sándwich?
Seokjin se frotó la nariz, bajó los ojos y recordó el sándwich saludable y delicioso pero mojado que había traído de la panadería. Sacudió la cabeza.
-Me gusta el platano- no era una mentira. A él le gustaban mucho.
-Hm- Yoongi cerró la bolsa, la puso en el suelo y se levantó, olfateando el cuello del otro hombre- También hueles jodidamente bien. ¿Pensaste en mí en la ducha?
Seokjin respiró nervioso, parpadeando debajo de su largo flequillo, sin querer responder a la pregunta.
Pero Yoongi insistió en ello, caminando con Seokjin lentamente hacia atrás contra la pared, de pie junto a él, pecho con pecho.
-Dime- él inclinó su cabeza, lamiendo la esquina de la boca de Seokjin-¿Quieres tomar una ducha conmigo mañana?
El estómago de Seokjin se sintió como una explosión, con la cantidad de mariposas reuniéndose dentro, mientras se imaginaba a sí mismo bajo el agua, con un hombre pálido, enojado y desnudo.
-Bueno.
La insinuación de una sonrisa satisfecha se reflejó en los labios de Yoongi.
-Tengo las mejores jodidas ideas, no, cachorro- metió una mano entre las piernas de Seokjin, acariciando su entrepierna, presionando sus frentes juntas- ¿Me extrañarás esta noche?
-Sí- Seokjin cerró los ojos con un suspiro silencioso. Realmente lo extrañaría. Ya lo había extrañado todo el día, a pesar de que estaban en el mismo edificio. Era patético. Si Jongin lo viera ahora, seguramente haría una corona de flores y se la pondría en la cabeza, y se la regalaría al salir de prisión y le diría que es el rey marica.
-Sí lo harás- Yoongi le dio un masaje experto a Seokjin a través de su pantalón, hablando a una pulgada de distancia de su boca- Porque me perteneces, chico correcto.
