Cuando Kim Jongin es condenado a cadena perpetua por asesinato, su hermano Seokjin tiene que luchar valientemente contra las probabilidades de sobrevivir en las calles de Seoul, solo y sin hogar, intentando todo lo posible para reunir el dinero sufi...
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Seokjin se quedó diez minutos en el rincón más oscuro del primer piso del Magic Shop, con las manos agarradas a la pared fría, sus ojos borrosos mirando hacia el suelo, mientras hacía todo lo posible por ignorar la sensación de vergüenza ardiente, arrastrándose por encima de él, de pies a cabeza, haciendo temblar su mandíbula.
En el minuto once, Taehyung se unió a él, sentado tranquilamente en el suelo, de espaldas a la pared, apoyando la frente contra la rodilla de Seokjin. No dijo una sola palabra y no levantó la vista, pero se abrazó a una de sus piernas cuando escuchó un sollozo bajo y tembloroso que escapaba de la garganta del hombre.
Seokjin estaba enojado al principio, no quería que Taehyung estuviera con él y lo viera así. Pero luego se sintió realmente agradable y reconfortante saber que no estaba solo, sentir a Taehyung tocándolo como un fantasma amistoso e invisible, que sabía exactamente por qué el hermoso de cabello oscuro era la cosa más fea del mundo.
Treinta minutos se sentían como tres años. Cada persona que pasaba lo miraba. Él sentía que lo juzgaban y eso parecía herirlo como un cuchillo. Y cuando finalmente regresó la presencia de Yoongi, el olor a perfume y cuero era como una manta segura que lo envolvía.
Yoongi se acercó a Seokjin, protegiéndolo de miradas indiscretas, hablando justo al lado de su oreja.
-Quieres disculparte.
Seokjin parpadeó y se secó la cara en su brazo extendido, murmurando un poco ronco, "lo siento", cuando Taehyung le besó la rodilla. No estaba seguro de si era la verdad completa, pero el dolor en su estómago quería que lo dijera.
-¿Por qué lo sientes, Seokjin?
La voz baja y profunda hizo que el dolorido pecho de Seokjin se sintiera instantáneamente mejor. Quería recostarse contra el cuerpo fuerte, pero no lo hizo.
-Te di golpes.
-¿Te arrepientes de haber sido grosero con Mingyu?
Seokjin inhaló, agachó la cabeza y cerró los puños contra la pared. La imagen de un joven y hermoso chico arrodillado frente al hombre pálido y enojado apareció frente a sus ojos. Él no estaba arrepentido. Quería darle un puñetazo en la cara.
-No- su respuesta sonaba áspera y tan enojada como él se sentía.
Yoongi asintió, apoyando su sien contra el cabello de Seokjin.
-¿Has tenido la impresión de que me gustas mucho, muchacho?
Un instante de inseguridad hizo que Seokjin se encogiera diez pulgadas y se moviera nerviosamente sobre sus pies, exhaló, sintiendo que Taehyung apretaba el cuero de sus nuevos y brillantes zapatos.
