Capítulo 12: Confesiones...

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RESUMEN: Los seres humanos son tan predecibles... Tratan de esconder sus emociones y sentimientos. Muchas veces pensamos que es mejor callar y ocultar lo que sentimos por una persona, lo hacemos por temor a recibir un rechazo, otras porque no queremos que lastimen o hieran nuestro corazón, pero ¿Qué sucede cuando no nos arriesgamos? ¿Cuándo no tenemos el valor suficiente de expresarle a esa persona lo mucho que la amamos? Si muchos de nosotros actuáramos según lo que dice nuestra cabeza y no por lo que dice nuestro corazón, quizás, no conociéramos el significado de lo que es Amor a primera vista...

Declaimer: Los personajes de YU – GI – OH!, "No son míos"... Snif, snif, snif, son propiedad de su respectivo autor, sólo hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras... Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores...

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Un joven de cabellera tricolor y ojos de rubí, se encontraba caminando por los pasillos de la Escuela mientras pensaba...

"No tienes idea de cómo te envidio Bakura, pensé que nunca te ibas a atrever a hablar con él, pero veo que me equivoqué. Cómo me gustaría tener el valor suficiente para decirle a esa persona lo mucho que lo amo".

Se detuvo para poderse sentar en una de las bancas del corredor, apoyó sus brazos sobre sus piernas y con sus manos sostuvo su cabeza. Tan metido estaba en sus pensamientos, que no sintió cuando alguien se le había acercado.

Hola profesor Yami, ¿le sucede algo?

¡Yūgi! – Se sorprendió al escucharlo. – No... No me pasa nada... No te preocupes.

Un gran silencio era lo único que había, el recién llegado se sentó a la par del mayor, tenía la mirada en el suelo mientras pensaba...

"Tal vez esta sea la oportunidad que tanto he buscado para poder hablar con él a solas... Pero no me atrevo, se ve tan pensativo y tan distante... Lo único que podría hacer es darle más problemas".

Yūgi... ¿Hay algo que me quieras decir?

Eh... No, nada profesor. Será mejor dejarlo solo, no quería importunarlo. – Medio se levantó pero el faraón lo sujetó del brazo.

Por favor, quédate... Yo si tengo algo que decirte.

Pro... Profesor Yami.

Yūgi... Yo... Lo que te quiero decir es que yo... – Justo en ese momento, fue interrumpido por otro joven que acababa de llegar.

Profesor, venga rápido por favor...

¿Qué sucede joven Devlin?

Es Wheeler, al parecer se desmayó.

Sin pensarlo dos veces, se levantó de inmediato para ir al lugar en dónde se encontraba el rubio... Por otro lado, el menor al ver la reacción del faraón, lo detuvo diciéndole...

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Ryou, escúchame... Pues... Verás... Yo...

Bakura, lo que tenga que decirme, puede decírmelo con confianza. – Le sonrió de manera inocente que el albino mayor cuando vio esa expresión se armó de valor para poder continuar.

Ryou, hay algo que quiero decirte... Pero... Si por alguna razón te sientes ofendido o incómodo, créeme que sabré entenderlo. – Por primera vez en su vida se sentía cómo un pez fuera del agua, y por primera vez en su vida estaba nervioso, ya que frente a él se encontraba la persona que lo haría el hombre más feliz del mundo o que lo haría el hombre más desdichado.

Los Ojos ... Son El Reflejo del Alma ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora