♣Futuro♣

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El restaurante era el único lugar en el que Taehyung se sentía que no estorbaba o en el que le tuvieran lástima de su situación por lo que realmente adoraba estar ahí, Suran era un poco–muy considerada con él, como Taehyung no podía estar mucho tiempo de pie Suran cambio puestos con él.

Ahora Taehyung permanecía en la caja y su jefa atendía las mesas.

No quería que sintieran lástima por él por no realizar su antiguo trabajo por ello realmente se esforzaba por hacer lo que le correspondía –ahora– dando todas sus energías.

Ese día era realmente tranquilo, lleno de calma mientras las gotas de lluvia bañaban las calles y locales que rodeaban la ciudad.

El canto del cielo se mezclaba con el murmullo de los pocos comensales que degustaban de sus alimentos.

Suran sonreía para ella misma cuándo recuerdos de su sueño llegaban a su mente, era realmente contagiosa el aura que ella desprendía, sonrisas y charlas que de vez en cuando regalaba a sus clientes les trasmitían paz y tranquilidad.

—¿Por que tan feliz, cariño?— Ji–Sub se retiro el mandil de su cintura y miro curioso a su esposa que sonreía mostrando sus encías, exactamente las mismas que su hijo heredo.

—¿No puedo estar feliz?— Suran dejo la libreta de notas guardada dentro del bolsillo delantero de su mandil tratando de ocultar su felicidad.

—¡Claro que puedes! Es sólo que nunca te había visto así, estas aún más feliz que cuando supiste que estabas embarazada de Yoongi. — recordó Ji–Sub buscando con la mirada a su hijo que –a lo lejos–, platicaba con Taehyung.

—¡No, sabes que Yoongi es mi más grande tesoro y nadie ni nada cambiara eso!— Suran hizo un pequeño puchero observando como Yoongi trataba de hacer sonreír son sus palabras a Taehyung que bajaba la cabeza avergonzado.

Sonrió para ella misma y su omega movió la cola emocionado.

Su aroma a caramelo con café se hizo presente confundiendo a su esposo que trataba de buscar alguna pista de su repentino humor a través de su lazo.

Y ese era otro punto aparte, había ocasiones en las que por más que intentara no podía saber que pensaba su amada, eran destinados, compañeros de alma en esta y las vidas pasadas pero a veces el lazo no era lo suficiente poderoso como para saber que pensaba Suran, era como si una barrera impidiera que eso sucediera y lo ponía triste y de mal humor no saber que pensaba o sentía la omega.

—Cariño..—susurro Suran observando como el semblante de su alfa se tensaba.—Se que te molesta que no puedas saber lo que estoy pensando en momentos como estos.. Pero creeme que yo tampoco se que pasa.—consoló Suran acariciando el brazo de su alfa en un intento de tranquilizarlo.

—No es eso, es sólo que me siento inútil no saber que es lo que te hace tan feliz.

—Es sólo un sueño que tuve. — confeso Suran ocultando su sonrisa.

—¿Me contaras de ello?—esperanzado Ji–Sub busco la mirada de su omega.

—Nop.. Pero te puedo decir que se trata de Yoongi.— los ojos de Suran se llenaron de lágrimas cuando el recuerdo de su sueño se hizo presente.

—¿Qué paso?¿que te digo tú sueño?— interrogó el alfa observando de reojo como Yoongi permanecía hablándole a Taehyung.

—Es... Confuso— susurro ella.—Creo que es parte de su futuro.. No se, lo vi tan feliz y...— un sollozo ahogado salió de su garganta cuando los brazos de su alfa la rodearon.

—Tranquila.. No te obligues a recordar.—rogó el alfa en su oído.

Suran tenía un ¿don? del que pocas veces se hacía presente en sueños, en los cuales le era revelado lo que sucedería en un futuro.

Hace años, fue en un sueño que se entero que iba hacer mamá, él día que Yoongi nació sonó aún pequeño niño pelinegro con regordetas mejillas y encías iguales a las suyas, tan tranquilo y amado como realmente fue la niñez de Yoongi.

Con el tiempo él jamás dudo de los sueños de su esposa, era como si realmente siempre supiera de ello.
Le sorprendía y confundía como sus sueños se hacían realidad, aveces tardaban mucho tiempo en realizar se pero eran tan cual Suran los soñaba.

—Nuestro Yoonie tenía un pequeño niño en sus brazos, creó que era...su hijo, no se con claridad todo fue tan confuso y borroso — el corazón de Ji–Sub latió con fuerza contra su pecho lleno de orgullo y felicidad.

¡Su hijo iba ser realmente feliz!

—Me haces muy feliz ¿sabes?— susurro el alfa con amor y felicidad.—¿Que más viste? cuanta me— insistió él besando la frente de su esposa.

—Es un secreto cariño y no te lo puedo contar, sólo.. Solo se que te sorprenderá.

BLUE 💜 Yoontae💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora