No supo en qué momento sus pies tuvieron vida propia y lo guiaron al omega que lo observaba.
Su alfa se removía de un lado a otro dentro de su cuerpo tratando de salir y encontrar se con su otra mitad.
Su complemento.
Su otra mitad.
Su omega.
La otra parte de él que completaba su ser y su vida.
Sin darse cuenta sus ojos se llenaron de lágrimas de entre felicidad y miedo.
Existía una pequeña parte de él que tenía miedo de hacer las cosas mal, de echar todo a perder.
Observó las fracciones de su omega y su corazón latió fuertemente contra su pecho, el alrededor dejó de existir cuando el esquisto aroma a cítricos perteneciente a su omega caló en su interior.
Dulce pero no empalagoso, algo suave pero profundo y delicioso.
El omega era unos centímetros más pequeño que él, pero casi mínimo. Vestía una camisa negra de botones y unos jeans azules con tenis blancos. Su cabello negro con algunos mechones castaños lo hacían ver demasiado adorable a sus ojos.
El momento exacto en que sus ojos se encontraron su mundo colapso.
Un caos total lleno su cuerpo.
Miedo.
Pánico.
Terror.
Y favor, se arremolinaron en su corazón.
Un sentimiento indescifrable desgarro su alma y lobo cuando imágenes borrosas llenaron su cerebro, imágenes oscuras, sangrientas, llenas de caos, soledad, errores y conflictos marcaron la sensación de su alma.
No entendía por qué su mundo colapso frente a ese chico que era su mitad.
Lágrimas espesas y dolorosas bajaron de sus ojos, empañando su vista y dándole la oportunidad o desgracia de ver más claramente uno de esos escenarios de su pasado.
Sangre, tan roja, viva y fresca bañaban sus manos mientras el cuerpo de otra persona yacía tirado bajo sus pies, sus ropas llenas de lodo, sangre y más sangre.
Un dolor desgarrador atravesó su corazón cuando logro ver el rostro de esa persona.
Su lobo le gruñó y reprochó que se trataba de su pareja pero los escenarios le presentaban otras cosas.
El bello rostro del hombre a sus pies mostraban dolor, sus ojos aún abiertos eran pintados por por decepción y resignación, como si realmente esperará su fin.
— ¡Perdón! — sollozó abalanzándose contra el cuerpo del omega.
Volvió a susurrar disculpándose desde el fondo de su corazón y buscando sinceramente hablar con el corazón.
El cuerpo del omega era delicado y cálido en sus brazos, con un calor lleno de paz y confort haciendo que su respiración fuera más calmada y que pudiera hablar con normalidad.
Escuchó los sollozos de su omega, porque lo era, lo había encontrado y por ningún motivo lo dejaría ir, y lo estrecho aún más fuerte contra su cuerpo. Aferrándose a él como el aire que necesitaba para respirar, para vivir.
Lo abrazo con fuerza tratado de entender que había sido aquello que vio y que sintió su corazón, mientras sollozaba y pedía perdón una y otra vez al pequeños omega que al igual que él, estaba llorando.
Sus lágrimas y llanto le provocaron dolor a su corazón, como si algo realmente doloso se le hubiese clavado en el corazón y lo movieran con cada gota de agua salada que bañaba la mejilla de su omega.
— Por favor...— se maravillo por lo hermosa que había sonado la voz de su omega y que aún más ella hizo que dolor en su corazón desapareciera.
— Por favor...a–alfa.— y se sintió morir en ese mismo momento.
Ahora podía morir en paz en esta vida.
Había sido llamado alfa por su omega, por la única persona que era su complemento.La única persona que había sido hecha para él.
Volvió a llorar, pero ahora ya no de dolor sino de felicidad y amor puro y real.
Una felicidad innata, que nunca antes había sentido y que dudaba podría llegar a sentir más adelante.
— Mi omega.. — profesó su alfa desde el fondo de su ser sellando su destino.
Un destino que estaba amando con todo el corazón.
— No te dejare ir por ningún motivo, mi otra mitad, mi vida, mi corazón, mi omega y la razón de mi existir. — prometió sellando su promesa con una beso en la frente de su omega.
No sabía su nombre. Su edad. Su credo. Sus aflicciones. Sus miedos y temores. Sus logros o fracasos pero estaba seguro que lo amaría con toda la fuerza de su alma, con todo su rojo y grande corazón hasta que diera su último latido y aún así lo seguiría amando en sus siguientes vidas.
Podía jurar que su omega era perfecto.
El indicado y único ser sobre la tierra que era nacido para él y él para su omega.
— Lo prometo. — susurro sintiendo sus párpados pesados y rojos por el llanto.
Aflojó un poco su agarre, solo un poco no queriendo soltar a su omega temiendo como si se le fuera a escapar.
Observo a su alrededor percatándose que todas las miradas estaban sobre él, Taehyung y Hyuna estaban llorando a sus espaldas, Yoongi abrazaba a Taehyung, al verlo le regalo una sonrisa sincera dándole ánimos y felicitándolo por haber encontrado a su otra mitad.
Otros chicos, especialmente omegas los veían con adoración y ternura.
Lo que lo hizo sentir demasiado expuesto y cohibido..— M–me llamo Hoseok, Jung Hoseok. — susurró procurando que solo su omega escuchara su nombre.
—El m–mio es Jackson Wang.— hasta su nombre era hermoso.
— S–si te parece podemos ir a tomar un café para conocernos mejor.. Di–go si tienes tiempo. — propuso rogando a la luna que pequeño omega dijera que si.
— Y–yo.. No lo se.. Tengo.. Tengo algunas casas que hacer... Pero.. Pero.. ¿Esta bien? — soltó un gritó lleno de alegría y satisfacción ante la respuesta de su omega.
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BLUE 💜 Yoontae💜
FanfictionLibro 3 Aveces las circunstancias hacen que el destino de ciertas personas cambien. #22 Yoontae #12 Yoontae #9 Yoontae #7 Yoontae #Yoontae #Taehyung #Yoongi #Omegaverse #Dolor #Sufrimiento •Historia original. •100% mía. •Prohibida su adaptación y/o...