El viento frío de invierno golpeó su rostro una vez que bajo del auto, sus tacones altos sonaron al contraste en el momento en que piso el cemento a sus pies.
Acomodo sus gafas evitando que alguien la reconociera y tomó su bolso colgándolo en su hombro.
— Por aquí, por favor. — le informó la beta que sería de ahora en adelante su asistente personal.
— Gracias, Sowon. — escuchó el sonido de la puerta del auto siendo cerrada a sus espaldas.
Las puertas dobles de vidrio fueron abiertas de par en par y varios de los empleados salieron a recibirla.
Cosas que eran realmente innecesarias.
Camino con discreción y elegancia, su padre le había dicho que las primeras impresiones eran muy importantes para cualquier persona en cualquier lugar. Era como su tarjeta de presentación y claro que lo sabía muy bien.
Realmente no le gustaban las excentricidades pero tenia que hacer uso de ellas, era la hija de uno de los matrimonios más importares y respetados del país. Amaba con toda el alma a su familia y estaba orgullosa de ser parte de ella y por ello mismo sabía que tenía que afrontar las consecuencias de su destino.
Días atrás su madre le había dicho que ya era hora de que empezará a inmiscuirse en los asuntos de sus empresas y negocios, sabía que ese día llegaría y realmente quería aprender todo lo que tuviera en sus manos y a su alcance.
Sus padres sabían de su visita ese día por lo que estaba algo calmada, muy pocas veces había ido a la empresa, y sólo de visita, por ello se sentía algo ansiosa y preocupada.
Todos los empleados le saludaron con una reverencia mientras seguía su camino, saludo a cada uno de ellos y subió al ascensor.
Sowon le hacia compañía a su lado lo que le tranquilizaba un poco, conocía a la beta. Eran compañeras en algunas clases de la universidad, lo que había llamado su atención. Era muy inteligente, práctica y sencilla, días atrás había escuchado que necesitaba trabajo y dinero para algunas cosas que no entendió y coincidió con la petición de sus padres por lo que no dudo en reclutarla para su equipo..
Estaba empezando y quería hacerlo a su manera y con sus propios medios.
Gracias a su trabajo en el restaurante de los Min había aprendido muchas cosas, su forma de pensar había cambiado más de lo que ya lo era y lo agradecía infinitamente.— Estoy nervosa. — comentó observando los números en el teclado del ascensor colorearse de rojo.
— Es normal, pero se que puede con todo esto. — sonrió agradecida antes de que el ascensor abriera sus puertas.
Con algo de calma avanzó en dirección a la oficina de su madre. Los grandes ventanales de cristal le intimidaron un poco pero trato de que no le afectara.
Sentía que algo iba a pasar, su omega estaba más despierto que usualmente y eso le asustaba un poco.
Sin comprenderlo un aroma peculiar llamó su atención, era suave pero fuerte a la vez, realmente difícil de comprender.
Tocó la puerta una vez escuchando un "pase" de su madre. Abrió la puerta sintiendo el aroma más fuerte. Pudiendo identificar el esquisto aroma a roble y algo de almizcle
¿Roble y almizcle?
Rara combinación.
— Cariño, ven aquí. — algo aturdida avanzó a donde su madre le llamaba.
Pudo identificar a un hombre de espaldas a ella, cabello rubio.—C–claro. — se acercó con pasos lentos y temblorosos.
Sentía que algo no estaba bien.
Su corazón latía desenfrenado contra su pecho y sus manos sudaban demasiado, sus piernas temblaban y sentía que ese aroma calaba en su interior, inquietando a su lobo al mismo que la aturdía.
— ¿Estas bien? ¿Que te ocurre cariño? — escuchó a la lejanía a su hablarle pero no podía responder, su garganta la sentía obstruida por algo que no entendía.
Lo vio.
Cuando el extraño hombre se levantó y se giró para saludarla.
Sus ojos azules como el cielo.
Tan azules que creyó sumergirse en mar.
El aroma se intensificó haciendo que su omega gimoteara feliz y dichoso..
Estaba ahí.
Su compañero.
La parte que le faltaba en su vida, su mitad.
— A–alfa. —Susurro sintiendo como sus lágrimas bajaban de sus ojos, sintiendo una paz inmensa.
Una felicidad enorme.
Y una dicha que nunca hubiese imaginado.
— Mi omega. — la voz de su alfa era gruesa, pausada y profunda.
Su omega aulló de felicidad al encontrar a su compañero. Su otra mitad y la razón de su existencia.
No lo habla buscando pero lo había encontrado.
— Señor Kim, creó que en otro momento nos reuniremos para acordar la entrevista. Hyuna cariño creó que deben hablar y conocer se. Después hablamos. — no podía responder por lo que asintió con un pequeño movimiento de cabeza.
Sentía su cuerpo débil.
Frágil.
Como si estuviera flotando.
Su mundo se había esfumado soló para ver u enfocarse en su alfa. Era hermoso.
Alto.
Guapo.
Masculino.
Y era de ella.
Realmente su tipo.
Unos ojos increíbles y una nariz pequeña pero bonita..
Su piel era algo blanca, no del todo, sólo un poco, pareciera bronceada.— H–hola. — le saludo el alfa con una pequeña sonrisa. Su corazón latió con tanta fuerza que creyó se le saldría del pecho.
— Hola.. — devolvió el saludo acercándose más al sofá donde su alfa estaba.
— Creó que estoy soñando, creó que.. creó que soy demasiado afortunado al encontrarte. — tomó asiento sintiendo sus piernas flaquear. — Soy un tonto, permiteme presentarme. Mi llamó Kim Hyo–Jong, s–soy tu alfa. — sonrió enternecida cuando miró a su alfa tenderle su mano.
—Y–yo, no te preocupes... S–soy, me llamo Hyuna, Kim Hyuna, alfa.
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BLUE 💜 Yoontae💜
FanficLibro 3 Aveces las circunstancias hacen que el destino de ciertas personas cambien. #22 Yoontae #12 Yoontae #9 Yoontae #7 Yoontae #Yoontae #Taehyung #Yoongi #Omegaverse #Dolor #Sufrimiento •Historia original. •100% mía. •Prohibida su adaptación y/o...