El fin de semana llego sin que lo pensara.Los últimos días habían sido difíciles y exhaustos en todos los sentidos, su mente y cuerpo estaba cansado de todas y cada una de las circunstancias a las que se ha sometido dado que las situaciones son mayores que él y su pobre cuerpo no lo soportaba más.
Por más que luchara su cuerpo y omega ya no tenía fuerzas para seguir.
Y tampoco él quería seguir.
Se exigía demasiado y no tenía con que remunerar las energías gastadas, las comidas que ingería no llenaban lo requerido por su sistema y por las noches en vez de descansar permanecía en vela, en la espera de –realmente – un milagro.
Un milagro era lo que lo salvaría.
Sus pasos lo guiaron al quinto local que marcaba el volante.
A cuatro locales ya había ido y ninguno de esos cuatro locales le había dado el puesto que solicitaban.
Las personas que lo entrevistaban sólo lo veían e inmediatamente lo rechazaban con escusas de: "Ya no estamos contratando más personal", o el clásico "Deja tu número y nosotros nos comunicamos contigo".Realmente no los culpaba...¿quien quería contratar a un omega tan desafortunado como él?
No sabía si era por su inexperiencia o por como se veía.
Su vestimenta era la mejor que tenía en su guardarropa.
Antes llenaba las prendas que estaba usando pero con el tiempo estas parecían dos tallas más grandes.Sabía que era a causa de la poca comida que consumía y los efectos que estaba experimentando su cuerpo por el rechazo de su alfa.
Antes lucía bonito, esos jeans azules que portaba robaba suspiros de muchos, ahora nadie lo volteaba a ver. Y no es porque le importase eso para vivir, sino que era parte de su pasado, un pasado del que ya no quedaban ni las sombras de el. La camisa negra con bordados dorados que adornaba su cuerpo– su favorita–, que le quedaba a la perfección, ahora parecía que nadaba en ella.
Antes de salir de su casa había hecho un gran esfuerzo por verse presentable y tratar de ocultar su dolor; había aplicado maquillaje para ocultar la palidez de su cara y las ojeras bajo sus ojos, hasta había utilizado perfume para impedir que su aroma fuera percibido por alguien más.
Se había esforzado mucho pero sus intentos no fueron suficientes.
Las puertas fueron abiertas –casi de par en par– cuando una pareja de ancianitos salió del local del brazo.
Esbozo una pequeña sonrisa cuando estos le saludaron, alegrando un poco su día que para nada había sido bueno.La calidez del local golpeo su rostro delicadamente cuando dio los primeros pasos dentro del local de comida.
El restaurante era su última opción, antes de darse por vencido.
Varias parejas permanecían comiendo, platicando y riendo alegremente entre ellas, pero a él nada de eso le importaba, la felicidad era algo que tendría que esperar para poder experimentar.
Sus pasos lo guiaron a donde una cabellera conocida robo su atención.
¿Por que estaba ahí? Pensó.
En el fondo del restaurant, con carpetas en una de sus manos y en la otra un par de manteles blancos, Hyuna corría de un lado a otro acomodando y guardando los objetos que sus manos cargaban.
Sin darse cuanta de como o porque sus pasos lo guiaron a donde ella dejaba las carpetas.
—¿Necesita algo, señor?— preguntó ella de espaldas con amabilidad, creyendo que era un cliente.
—¿Trabajas aquí? — Taehyung trato de sonar lo menos sorprendido posible.
Aunque realmente lo estaba.¿Kim Hyuna, su compañera de clases era mesera en este restaurant?
—¿Taehyung?—cuando hyuna se giro en su búsqueda, el omega trato de buscar algún signo de sorpresa o cualquier otra emoción que pudiera descifrar la cara de Hyuna cuando le miró pero no encontró absolutamente nada en ella. —No te dieron el trabajo en los demás lugares.— afirmó ella negando con la cabeza.
Por su parte Taehyung solo agacho la mirada y apretó sus manos arrugando el volante rojo con letras blancas y negras, sintiéndose inutil.
—Espera aquí, le diré a mi jefe que estas aquí por la vacante.— la vio desaparecer entre unas puertas dobles que supuso era la cocina.
No sabía porque Hyuna se portaba así con él, nunca antes fue así y no es porque se odiaran.
Todo cambió cuando conoció a Jeon y por consecuencia su forma de ser y comportarse cambio.Siempre peleaba con ella por cosas realmente tontas. SeokJin creía que ella gustaba de él pero no era así porque ambos eran omegas.
¿Tal vez era la costumbre de pelear siempre en el pasado que no se dio cuanta de que en realidad se podían llevar bien?
—¿Taehyung? — una voz ronca y profunda caló en su interior cuando llego a sus oídos.
Confundido y sorprendido volteó encontrándose con el semblante confundido e interrogante de Yoongi.
—¿Yoongi?— ¿Que hacia él ahí?
—¿Que haces aquí? — preguntó el alfa acercándose a él.
—Mm.. Y-yo vine por el puesto de trabajo. — confesó con vergüenza, enseñando en pequeño trozo de papel que con anterioridad había arrugado.
—Oh..— la sorpresa era evidente en el rostro de Yoongi que veía a Taehyung como si nunca lo hubiese visto, aunque realmente se vieron la tarde de anoche.
—¿Donde esta la persona que viene por el empleo?— pregunto Suran desde el otro lado de las puertas dobles.
—Ve.. Creó que ese eres tú. — con una señal de mano Yoongi señalo detrás de él indicando que Taehyung podía pasar.
—G–gracias.— con pasos firmes y um poco seguros siguió el camino que el alfa le indico.
Estaba inseguro y temeroso de que otra vez fuera rechazado.
Respiro con profundidad forzando a sus pulmones al respirar y llenándolos de aquella esencia que albergaba el aire.
El olor a bosque y tierra húmeda inundo sus sentido olfativos, el mismo aroma al que poco a poco se iba familiarizando.
—Suerte. Estoy seguro que la necesitarás.
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BLUE 💜 Yoontae💜
FanfictionLibro 3 Aveces las circunstancias hacen que el destino de ciertas personas cambien. #22 Yoontae #12 Yoontae #9 Yoontae #7 Yoontae #Yoontae #Taehyung #Yoongi #Omegaverse #Dolor #Sufrimiento •Historia original. •100% mía. •Prohibida su adaptación y/o...