BLUE 💜 Yoontae💜

♣ Lobito triste♣

— Cariño, levantate por favor.— escucho a su progenitora rogar a su lado, informándole que estaba demasiado cerca y confirmándolo aún más cuando sintió el borde de la cama hundirse a su costado, pero sólo se encogió evitando hacer algún ruido.

— No quiero mamá..— negó escondiéndose entre las cobijas que lo protegían y le brindaban calor como cuando era un pequeño cachorro.

— Vamos, no puedes permanecer todo el día sin comer, te hará daño, vamos cariño levantate.. — se volvió a encoger otra vez entre las sábanas sintiendo a su omega gimotear triste y rogar por la presencia de su alfa.

No quería levantarse del calor que le brindaban las sabanas y los suéteres que tomó prestados de Yoongi, su aroma estaba en ellos y hacia menos difícil estar así.

— Vamos Taehyung... Yoongi prometió llamarte una vez que estuviera en donde pasaría la noche, ¿No querrás que se entere que no quieres comer porque no esta él aquí? Pero no te preocupes le diré que estas en celo y que no quisiste decirle..

—¡No! — asustado bajó rápidamente las cobijas de su cabeza y escondiendo los suéteres de Yoongi debajo de las cobijas, no quería que su progenitora supiera que se había robado prendas del alfa para pasar su celo y que le llamara a Yoongi para informarle.

Sabia de antemano que su progenitora le hablaba con la verdad por lo que no podía desobedecer si es que no quería que Yoongi se enterara se su vergonzosa situación.

— Y–yoongi no debe enterarse de que estoy en celo, si le digo que estoy así, se va a preocupar por mi y no quiero interrumpirlo en su viaje.. — confesó casi en un susurró. — Además, cuando me contó que se iría por unos días de la ciudad estaba demasiado feliz y alegré de que por fin tenía la oportunidad de plasmar sus ideas... Aunque fuera lejos y en  Busan y yo no puedo arruinarle eso.. — explicó tomando el tazón que su mamá le traía en una charola.

Realmente no quería molestar a Yoongi con sus cosas, no cuando él estaba en otra ciudad y demasiado ocupado con su trabajo, cumpliendo sus sueños.

Sueños que desde mucho tiempo atrás tenía planeados, y que habían tenido la fortuna de contárselos a él.
Por si, según lo que Yoongi le había dicho, él era el primero en enterarse –antes que sus padres – de su viaje a Busan para hacer los planos de lo que sería un edificio en el futuro.

Había estado súper feliz por saberse demasiado especial al ser el primero en saber muchas de las cosas importantes que le sucedían a Yoongi.

— Cariño, no pienses que eres una molestia para Yoongi, él es tu alfa ahora y tiene derecho a que sepa el estado en el que estas .— negó sintiendo a su omega agachar las orejas sabiendo que tenía razón lo que su madre le decía y que su omega estaba triste al sentir se sólo, sin la presencia de su alfa.

Pero tampoco quería ser una molestia para Yoongi, no ahora que le estaba yendo muy bien en su trabajo y que estaba cumpliendo sus sueños, sueños en los que formaba parte importante.

Y aunque le llamara ahora, Yoongi no podría hacer nada al respecto, ya que, él demasiado lejos y con una gran responsabilidad que le sería imposible estar con él, era mejor esperar y guardar aquello.

— Lo se mamá pero creó.. que puedo solo. He pasado todos mis celos solo y sin ningún problema, no creó que haga la diferencia ahora. — mintió evitando que su progenitora se preocupara más por él.

No estaba del todo mal, gracias a los supresores y al aroma que se había impregnado en su propia ropa y en la de los suéteres evitaba extrañar demasiado a Yoongi.

Sus celos eran algo normales a comparación con los de sus demás amigos y conocidos tenían, según lo que le habían contado.

Sólo necesitaba supresores y mucho cariño para poder soportarlos sin querer que alguien lo folle hasta el cansancio, no sentía la necesidad de eso.
Pero su omega extrañaba demasiado al alfa, se sentía solo y abandonado, quería mimos y muchas, muchas caricias al igual que besos.

Nada más.

Extrañaba los besos que Yoongi le daba.

Besos a los que se estaba haciendo adicto conforme el tiempos pasaba y convivían más como una pareja.

Su omega lo sabía y su humano también.

— Confiare en ti, pero si lo necesitas no dudes en llamarle.. — asintió comiendo un poco de arroz, realmente no tenía mucho apetito pero si no probaba alimentó alguno el mismo se haría daño y complicaría su salud.

Salud, que poco a poco iba mejorando.

Ya no tenía que llevar una estricta dieta, ni mucho menos las pastillas amargas que tomaba una vez cada mañana.

Había recuperado su peso normal, y eso su pancita lo sabía.
La ropa le quedaba mucho mejor por lo que ahora si podía presumir su perfecto cuerpo que por muchos meses perdió, debía hacer ejercicio si, lo sabía pero le daba demasiada flojera y no tenía tiempo para eso.
Estaba a nada de terminar el penúltimo ciclo escolar y tenía que dar sus prácticas. ¿Donde? No lo sabía pero debía apurarse para no perder mucho tiempo importante.

Comió un poco de su comida más hasta que su madre lo dejo solo y se aseguró de que realmente comió algo.