Sus pasos eran pesados a pesar de ser firmes y ágiles sobre el mármol del suelo por dónde sus pasos quedaban atrás conforme avanzaba, seguido de varios guardaespaldas, uno de los tantos 'cambios' que había sufrido su vida desde su matrimonio.
Una unión que contrajo responsabilidades que ya se acoplaban a la vida que estaba llevando desde que se presentó como Omega de su familia, la gran y respetada familia Park, eso debía no molestarlo pero lo hacía apesar de ya estar acostumbrado.Sus pasos parecían ser medidos por los guardias que cuidaban sus espaldas, cada mínimo movimiento era registrado y vigilado por los guardespaldas que fueron contratados para su esclusivo cuidado y protección dado que no solo el poderío Park se vería afectado si algo le llevase a pasar, ahora el imperio Jeon cargaba en sus manos como una condena a su cruel castigo por ser débil y codicioso.
El anillo en su dedo era la correa de oro pulido que lo ataba a la miseria decidida por el y sus padres, el destino que lo aprezaba a la persona que no quería pero que lastimosamente debía permanecer a su lado, no odiaba a jungkook, jamás lo haría porque ni él ni el alfa eran los culpables de un destino que fue marcado desde el momento en que nacieron en las familias que les tocó nacer, simplemente lo quería de otra forma, demasiada distinta a como se amaba a alguien desde el corazón.
Todo lo que había querido en la vida le fue arrebatado de las manos en sus propias narices, siendo testigo de como su vida se le iba en un abrir y cerrar de ojos, siendo cómplice silencioso de en lo que de convirtió desde el mismo instante en qué se convirtió en lo que es; Park Jimin.
Park Jimin, en hijo primogénito y único de la dinastía Park heredero de todo el Emporio de su linaje, y ahora familiar de los Jeon, una familia igual de importante y poderosa como la suya, incrementando su riqueza, estatus y dominio sobre la sociedad en la que de regían y en mundo entero. Algo que lo exponía ante todos haciéndolo vulnerable y débil personalmente, internamente, pero sin demostrarlo ante los demás.
Tenía puesta una careta de indiferencia y profesionalismo que a veces eso confundía su esencia y ser, dejando muy dentro de su corazón y mente la felicidad que buscaba desesperadamente cada despertar con cada latido frío de su congelado órgano muscular que impulsa la sangre de su cuerpo. La libertad que estaba cada día más lejos de alcanzar, demasiada distancia que lo separaba de ella que morir sería la mejor opción para alcanzarla. El amor que nunca había sentido por alguien más y que necesitaba sentir antes de morir por dentro, la muerte más dolorosa que pudiese experimentar nunca, lenta y profunda, construida por malas decisiones y complicadas situaciones, desde niño.
Cambiar las clases de piano y bailé por las prácticas de fútbol y esquí, la ropa bonita y cómoda por oscura y reservada, horas extensas de estudio en vez de caminatas por el jardín o salidas al parque, viajes al extranjero para estudiar, prepararse y aprender en vez de conocer, disfrutar y convivir con personas normales; omegas como él.
No futuros dueños de emporios y contactos en el extranjero.
No había tenido una vida fácil como quisiera, pero era su vida. La vida que se le había sido dada y de la que no debía renegar a pesar de odiarla algunas veces.
Las enormes puertas de cristal se abrieron a su paso cuando cruzó la línea invisible que debía la entrada a la recepción y la de los elevadores. Su asistente se adelantó apresionar el botón de la caja metálica antes de que llegara a la misma, no había más empleados esperando el ascensor y si los había tomaban el otro o el que seguía. Las puertas de metal se abrieron conforme avanzaba y de adentraba a la misma.
Estar en territorio enemigo era adrenalina inyectada directamente a sus venas aumentando su ego y confianza, ocurría la mismo cuando firmaba un contrato billonario o comparaba acciones a punto de la ruina. No sabía cómo o porqué los Jeon terminaron firmando un contrato exclusivo con los Kim, la empresa rival a la suya y la de jungkook, ¿Probablemente se trataba de estrategia, mercadotecnia o ego? no sabía con exactitud pero sin duda dejaba mucho en qué pensar.
Y una de las razones por las que estaba ahí era ese mismo acuerdo, como esposo, socio, accionista, inversionista y una serie de títulos más se estaba reuniendo con el CEO Kim, dado que jungkook se encontraba de viaje a Europa.
Nada nuevo en la vida que llevaban de estar juntos, conocía lo perfeccionista que era el alfa cuando se trataba de negocios que siempre de encontraba de viajes, lo más absurdo era que jungkook prefería trabajar las veinticuatro horas del día antes que irse con alguien, algo que sin duda le molestaría porque era una de las clausulas que estipulaba el contrato nupcial al que de habían sometido ambos.
Un matrimonio arreglando pero que era legal y demasiado largo exigente para los dos.
Cuando las puertas dobles fueron abiertas salió del ascensor buscando la oficina preferencial, el haber rechazado la ayuda de aquel alfa que le dio la bienvenida le impedía saber con exactitud cuál era la oficina a la que debía llegar.
Una mala desición que prefería no resaltar demasiado en esos momentos.Recorrió el pasillo siendo seguido por sus guardespaldas, asistente, abogado y uno de los directivos de Jeon, miro el Rolex en su muñeca dándose por enterado que se encontraba perfectamente dentro del tiempo acordado para la reunión.
Giro a la derecha siguiendo el camino que le guiaba una de las secretarias desde lugar antes de detenerse por completo.Al fondo del pasillo, lo reconoció.
Mismo color de cabello, vestimenta formal siendo amoldada a su cuerpo, debía reconocerlo aunque eso lo hacía sentir molesto, el Omega era hermoso.
Demasiado hermoso acomparacion suya.
El Omega era alto, delgado, piernas largas y torneadas, ojos azules, rubio, inteligente, amable, humilde y demasiado fuerte, acomparacion suya que era bajito, delgado por el ejércicio, piernas cortas, ojos negros al igual que su cabello, todo lo contrario al Omega que portaba la marca de Yoongi en su cuello.
¿Qué hacía ahí?
¿Trabajaba con los Kim?
El Omega parecía ausente de su presencia que sonreía mientras levantaba unos papeles con ayuda de una señora de la limpieza, parecían tener un charla calmada y cómoda entre ellos como si nada ocurriera a su alrededor, confirmándole que Taehyung era lo nunca sería para Yoongi.
Taehyung tenía algo que envidiaba con todo el corazón, quería hacerlo pero era inevitable, el Omega era todo lo contrario a él que era una aberración compararlo con su miserable vida, le era inevitable odiarlo por tener la marca de Yoongi, una marca que él mismo cedió pero que su Omega añoraba con el alma. Una marca que unía a su compañero con otra persona que no era él, una persona hermosa por dentro y por fuera que muchos quisieran tener.
Taehyung no era él, y Yoongi era de Taehyung como Taehyung era de Yoongi, una decisión que el mismo tomo que recordarla era dolorosa apesar de que el tiempo había pasado ya, apesar de haberse casado y único a otro alfa.
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BLUE 💜 Yoontae💜
FanfictionLibro 3 Aveces las circunstancias hacen que el destino de ciertas personas cambien. #22 Yoontae #12 Yoontae #9 Yoontae #7 Yoontae #Yoontae #Taehyung #Yoongi #Omegaverse #Dolor #Sufrimiento •Historia original. •100% mía. •Prohibida su adaptación y/o...