♣Pesares del pasado♣

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La junta había terminado y con ello su jornada laboral, después de un día completamente cansado y agotador – pero que –, valió la pena completamente, gracias a sus esfuerzos por fin dejaba de depender de sus padres y ser sólo él.

Algo difícil pero era al acuerdo al que habían llegado hace muchos años, el acuerdo por el que había sacrificado toda su vida y felicidad.

Si bien, había sido completamente doloroso había obtenido lo que realmente quería, aunque el precio había sido demasiado alto a pagar.

Respiro con profundidad mientras observaba minuciosamente el acuerdo que le había entregado su abogado minutos antes, especialmente en el lugar donde la firma plasmada con total precisión descansaba junto a la de sus progenitores.

Tan legible y moldeada.

Nunca había cerrado un acuerdo como ese y eso que casi había crecido entre contratos y firmas, pero nunca algo tan similar o parecido al que sus manos sostenían en esos momentos.

¿Ambicioso?

Por supuesto si que lo era, todo en el lo era.

¿Millonario?

No existía una cuantía mayor a la que estaba por recibir una vez que la última cláusula se cumpliera, eso en dos meses.

Pero era un hecho, sólo faltaba esperar un poco más.

Aunque realmente dudaba que fuera como lo imaginó o planeo. Ya que la vida podía ser tan mierda como el lo era con mucha gente, especialmente con los que menos se lo merecían.

Entonces.. ¿Por qué se sentía así?

¿Por qué sentía que todo dentro de él había muerto?

¿Qué no existían razones por las cuales más luchar? 

¿Qué nada había válido la pena después de todo?

Su libertad era la principal razón de ello y por la que había luchado todo este tiempo.. pero ahora que estaba a un paso de conseguirlo sentía que todos sus esfuerzos no habían válido la pena, que a pensar de todo había sacrificado lo más importante y maravilloso que la vida podía a ver le dado, sentía que había fracasado rotundamente.

¿Y qué podría esperar de un matrimonio sin amor?

¿De una pareja tan vana y miserable como él?

¿Una vida sin su otra mitad,su complemento?

Su omega cada día iba teniendo menos acto de presencia y realmente no le importaba, no, cuando su pareja se encontraba en brazos de otro.

Con una persona que pudiera cuidar, amar y ser uno mismo para la eternidad.

Sabía con exactitud que había sido su culpa, su codicia y miseria habían acabado por matar lo único que quizás habría válido la pena de su vida.

¿Podía reprochar?

No.

Nunca.

Y si tuviera la oportunidad jamás lo haría, no tenía la fuerza suficiente para mirarlo a los ojos después de todo lo que le hizo y él jamás le perdonaría, y tampoco buscaba su perdón.

Sólo mirar desde lejos y lamentarse entre su dinero y soledad.

¿Valió la pena?

¡Claro que lo valió!

Valió cada maldito segundo de tormento que vivió por verlo –ahora–, feliz, verlo sonreír desde las sombrías sabanas de su habitación y saber que a pesar de todo estaba bien.

BLUE 💜 Yoontae💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora