Sana corría sin mirar atrás, ignorando todo a su al rededor, se escondió en el teatro en dónde no tardarían en ensayar, aún con su uniforme y cabello totalmente empapados por el agua. Llegó a los vestidores del teatro, tiró sus cosas y se sentó en una de las sillas frente a todos esos espejos, los vestidores estaban rodeado por espejos en vez de paredes normales y ahí estaba ella, sentada y tocando sus labios.
Lo que había pasado en las piscinas era algo que no debía pasar, frunció el ceñó y mordió sus labios con mucha fuerza, no entendía el porque quedó paralizada sin hacer nada y ahora tenía muchas ganas de gritar.
—¿Sana?—Esa era la voz de Mark diciendo su nombre—Te vi correr y quise ver si te encontrabas bien.
Sana alzó su mirada y busco el reflejo de Mark en los espejos, el estaba detrás suyo.
—Estoy bien, solo necesitó un respiró.
No dejaba de observar a Mark, el parecía preocupado, podía notar sus nervios porque no dejaba de mover los dedos. Se levantó rápidamente y corrió hasta dónde estaba Mark y sin meditarlo junto sus labios con los de el, estaba siendo correspondida y el beso se intensificaba cada vez más.
La ropa empezaba a sobrar, estaban en unos vestidores de aquel teatro solitario en dónde seguramente nadie los escucharía, su cuerpo se movia solo y no podía parar aunque su conciencia no estuviera de acuerdo. Mark la pegó a la pared, le quitaba su uniforme poco a poco, el solo se tenía que bajar el pantalón.
—¿Estas segura?—Jadeó Mark.
Sana asintió, se lograba escuchar un poco el ruido de la banca que no dejaba de moverse, no quería que escucharon sus gemidos por los que se mordía el labio duro y sangraba un poco su labio. No dejaba de mirar el techo, no lo estaba disfrutando, quería quitarse al chico de encima, si lo habían echo varias veces cuando eran novios, pero esta vez era diferente. Al cerrar los ojos, la imagen de la chica pálida vino a su mente, esa expresión tan tímida al expresar sus sentimientos y ese tono de voz que dejaba ver que no estaba mintiendo, y que estaba muy segura de sus sentimientos.
«Sigo sin entender a esa chica estúpida, aún sabiendo lo de Jeongyeon decidió confesarme sus sentimientos... porque tus ojos parecían soltar un borde de llanto en una cascada en dónde ella misma se hundiría » Pensó la japonesa.
Recobró la razón, empujo a Mark fuerte y logró quitárselo de encima suyo, inhalo un poco de aire, soltó un fuerte suspiro y acomodó su ropa. El chico continuaba con los pantalones abajo sin poder dejar de mirarla, parecía tener la intensión de continuar y se fue acercando poco a poco de nuevo a la japonesa.
—Tú fuiste la que comenzó ¿Y ahora no quieres continuar?—Exclamó enojado Mark—No te entiendo en absoluto, Sana.
Sana se puso de pie, soltó una pequeña risa burlona y miraba la pared que estaba a las espaldas de Mark.
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Yellow (SaiDa)
Teen FictionEl amarillo se volvió su color favorito, sin conocerlo y si nunca antes verlo. Era por la chica rubia que lograba hacer latir su corazón con el simple tacto de sus manos tocando los suyos, era un sensación tenebrosa que lograba hacer temblar todo su...