El amarillo se volvió su color favorito, sin conocerlo y si nunca antes verlo. Era por la chica rubia que lograba hacer latir su corazón con el simple tacto de sus manos tocando los suyos, era un sensación tenebrosa que lograba hacer temblar todo su...
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Ese mismo día.
Dahyun estaba en clase de arte, reía y conversaba con Nayeon mientras intentaban hacer figuras tipo maqueta. Se detuvo un momento, dejo caer ese pedazo de cartón de sus manos al suelo. El sonido de una ambulancia retumbaba su oído, todos parecían salirse de control debido al ruido. El sonido era demasiado fuerte, parecía estar muy cerca, la profesora le pidió que guardaran silencio y continuaran con su trabajo. De nuevo estaba sintiendo ese mal presentimiento. Busco en el suelo el pedazo de cartón perdido, no lograba encontrarlo se había ido más lejos de lo que pensaba. Estaba ansiosa, ese ruido no le gustaba para nada ni mucho menos el alboroto que estaba provocando. Respiró profundo y dejo salir ese airé, ni de esa manera lograba concentrarse del todo.
Nayeon sujeto su mano para intentar calmarla, sus manos de ella también le temblaban por una extraña razón. Los ruidos demasiado fuertes lograban descontrolar a cualquiera, más a personas como ellas.
—¿No te sientes un poco extraña?—Le preguntó Nayeon a Dahyun—Me siento un poco nerviosa, no me gusta el ruido de las ambulancias... Me hacen recordar al día del accidente—Estaba respirando demasiado fuerte de lo normal—No me siento bien, Dahyun...
Dahyun alzó la mano para avisarle a su profesora, fue corriendo hasta sus lugares. Intentó calmar a Nayeon de todas las maneras posibles, el aire simplemente parecía faltarle. No quería soltarla, por lo que las tuvieron que llevar a las dos a la enfermería de la escuela para que se calmara. Al salir del salón noto algo extraño, todos parecían murmurarse cosas que no lograba escuchar bien, no quiso tomarle demasiada importancia. La enfermería estaba más ruidosa de lo que normalmente era, estaba repleto de personas por lo que pudo notar debido a todo el ruido proviniendo de dentro y ese eco molesto que tenía esa sala. Su profesora las dejo en una banca sentadas, les dijo que regresaría pronto y que no se movieran. Ambas asintieron.
—Hay demasiado ruido—Se quejo Nayeon intentando contener su respiración—Esto es peor que afuera.
—Tranquila Nayeon—Le sujeto fuerte la mano—Solo relajate, estoy segura que solo necesitas recostarte un poco.
—No puedo, es como si mi cuerpo tuviera miedo. Ese ruido lo odio, solo trae malas noticias—Mustió Nayeon pegándose un poco en la pared.
—Iré a buscar agua, le pediré a alguien si puede traernos un poco—Le avisó a su querida amiga.
Nayeon asintió y ella pudo ir en busca de agua, siempre llevaba su bastón con ella. La enfermería no era un lugar tan grande, lograba recordar un poco los pasillos, el ruido había disminuido, el eco ya no era tan molesto como cuándo llegaron. Caminó solo un poco más, se detuvo, en una de las habitaciones logró escuchar el apellido perteneciente a Sana ''Minatozaki'', no logro escuchar bien lo que decían, quiso acercarse un poco, escuchaba las lágrimas de alguien venir de esa habitación. Las manos le temblaban por laguna extraña razón.
