Escape

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Sana no solía bailar en las fiestas, nunca aceptaba las invitaciones de todos las personas que se acercaban, prefería el estar sentada observando a los demás divertirse

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Sana no solía bailar en las fiestas, nunca aceptaba las invitaciones de todos las personas que se acercaban, prefería el estar sentada observando a los demás divertirse. Tzuyu le pidió varias veces que bailaran y se negó en todas, parecía igual de sorprendida que todos que la japonesa fuera la que lo había pedido. Se pusieron en medio, las personas se alejaron un poco, las luces las apagaron y la música sonaba de manera más fuerte que antes, miró a su al rededor y noto la expresión de desilusión en el rostro de la taiwanesa quién se detuvo de bailar y desapareció de su vista. 

Dahyun, aún sujetaba ambas manos de Sana, las agarraba tan fuerte pidiendo que no la soltará. Hacía que las moviera de un lado para otros, sentía como la japonesa saltaba de manera muy divertida, repetía lo mismo, su cuerpo se estaba moviendo solo, no necesitaba escucharla, su cuerpo y el de ella parecían estar sincronizados, la giraba de manera divertida, la música no concordaba con los pasos que hacían. Muy pocas veces lograba escuchar la sonrisa de la japonesa y con toda esa fuerte música, logro escucharla. 

No quería que ese momento terminará.

—Odio mi cumpleaños—Sana se acerco un poco a su oído—Pero, tu haces que sea divertido. 

Su aliento le dejaba pequeñas cosquillas en el cuello. 

—El cumplir años, debe ser un día especial para todos—Sonrió y apretó un poco más sus manos de la japonesa—Tengo la sensación de que tu odias todo, el mar, las personas y tu día de nacimiento ¿Por qué?

—Eso es un secreto—Sana rió divertida—Hay cosas que alguien como tú nunca entendería. 

—Siempre me tratas como una chica tonta, detente...

Sana sonrió a medias, llevo su mano a la cabeza de Dahyun y revolvió un poco su cabello, y le dio un pequeño golpecito en la frente.

—¿Continuamos bailando?—Preguntó Sana y sujeto una de sus manos de Dahyun. 

—Sí—Se le formo una sonrisa en el rostro.

El celular de la menor empezó a sonar, lo saco de su bolsillo y la mirada de Sana fue directamente a la dirección del dispositivo, al verlo y darse cuenta que no era el que ella le había obsequiado hizo que su sonrisa desapareciera de su rostro. 

Dahyun puso su dedo en su oído y respondió, la voz del otro lado era el de su madre que no paraba de hacerle un montón de preguntas, parecía preocupada y no dejaba de pedirle que regresara a casa, ni siquiera sabía de que horas se trataba, cuándo la escuchó sus ojos casi salían por la sorpresa. Eran las 11 de la noche, nunca se imagino que paso tanto tiempo fuera de casa. Guardo su celular en su bolsillo, le prometió a su madre que volvería de inmediato, parecía un poco confundida, no quería pedírselo a Tzuyu, ella era la anfitriona de la fiesta y Nayeon no era una opción. 

—¿Era tu madre?—Preguntó la japonesa.

Dahyun asintió.

—Quiere que vuelva casa ahora—Rió incomoda— No sé, como le haré para volver—Rasco un poco su cabeza intentando pensar en una idea. 

Yellow (SaiDa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora