78

874 124 57
                                    

Los días en la escuela se estaban volviendo demasiado agotador, los rumores iban disminuyendo con los días, muchos simplemente se olvidaron de ello en un par de días, pero otros parecían solo tomar esa oportunidad para molestarla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los días en la escuela se estaban volviendo demasiado agotador, los rumores iban disminuyendo con los días, muchos simplemente se olvidaron de ello en un par de días, pero otros parecían solo tomar esa oportunidad para molestarla. No le contó nada a su madre, no quería que se preocupara por ella por problemas de adolescentes todos como lo eran muchos de los que estudiaban ahí. Las bromas eran tan tontas, la hacían tropezar, le tiraban sus cosas o se las quitaba y le hacían mucha burla con chistes hirientes acerca de su orientación. Al principió si lo encontraba molesto. El único lugar seguro era dentro de su misma aula, eran las horas más cómodas de todo el día. Nayeon luego de esa pequeña discusión no había vuelto a clases, le intentó preguntar a la maestra sobre su compañera y lo único que le decía era que no se preocupara porque Nayeon estaba bien. Era lo que más le afecto con respectó a todo el problema que Tzuyu provoco. 

Chaeyoung no iba a desayunar con ella, le pidieron que fuera a entrenar un poco, pronto tendría otro partido de baloncesto y necesitaba estar al 100 para el próximo partido. No quiso ir demasiado lejos, tampoco quería quedarse dentro del salón de clases. Tomó su bastón con la mano derecha y caminó con mucho cuidado moviendo el bastón por todos lados en busca de su caminó al enorme árbol del frente sujetando fuertemente su desayuno. Logró llegar, se fue agachando con cuidado dejando aún lado su desayuno y con ambas manos limpiando en dónde se sentaría quitando las hojas con las manos. 

—Pequeña... 

—Sana—Dijo con los ojos cristalinos a punto de soltar una lágrima de alegría.

La rodearon en brazos, se quedo quieta sin lograr mover un dedo, su piel se puso chinita debido a la sorpresa. Ese olor tan dulce que desprendía aquella persona era igual al olor de Sana, era un aroma tan delicado y suave para su olfato. Sonrió, la había tomado por sorpresa, sonrió al sentir esos brazos aferrarse a su propio cuerpo en un abrazo tan cálido y especial.

—¿Me extrañaste pequeña?

Dahyun asintió muchas veces consiguiendo que Sana sonriera.

—Deseaba tanto verte que vine corriendo hasta aquí—Sana recostó su barbilla en el hombro derecho de Dahyun—Te miras tan hermosa el día de hoy.

—Extrañaba tanto escuchar tu voz, Sana—Dahyun sujeto ambas manos de la japonesa. 

Sana soltó a Dahyun rompiendo con ese tierno abrazo. Le sonreía cada vez que la miraba, estaba sintiendo cosas que no lograba explicarse, era como si todo lo que hiciera la chica al frente suyo fuera único y especial. Le ayudo a sentarse, le acomodó sus cosas aún lado en un lugar en dónde no lo tiraría ni siquiera por accidente. No tardo mucho tiempo y la acompañó sentándose justo alado de ella a unos centímetros de distancia. 

—¿Esta todo bien? ¿Como sigue tu mano?—Le preguntó Sana con un tono tan agresivo. 

Dahyun estaba destapando su desayuno y lo volvió a cerrar apenas escuchó las preguntas de la japonesa. 

Yellow (SaiDa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora