Estaba viviendo una pesadilla, en la que no lograba despertar por más que abriera los ojos. Ese culpa que no la dejaba tranquila, carcomía toda su razón. El hubiera, era una palabra que todo ser humano repetía en cualquier situación inesperada, ya sea feliz o mala. Deseaba tanto disculparse con la japonesa la próxima vez que hablaran, deseaba disculparse de haber dudado de sus palabras, de no haberle dado una oportunidad de explicarse. Pensaba, que la próxima vez que hablaran, le hubiera pedido disculpas adecuadamente. Esa próxima vez, tal vez no sucedería.
No tardo en llegar su madre, lo primero que hizo fue correr abrazarla. Conocía tan bien a su hija como para no darse cuenta de todo lo que estaba sufriendo. Conocía perfectamente los sentimientos de Dahyun hacía Sana, no era un secreto ni nada que no demostrara lo contrario. Al sentir los brazos de su madre cubriendo su cuerpo, logró llorar como tanto deseaba desde que escuchó esas noticias. Agarraba la ropa de su madre aferrándose a ella como si de un koala den aún árbol se tratara, de esa misma forma se aferraba.
—Tranquilizate, pequeña—Le pedía su madre intentando guardar la calma—Si piensas positivo, todo saldrá bien, y ella estará bien...—La abrazaba dejando que su hija se aferrara a su cuerpo—¿Que paso? Cuentame...
Dahyun no contenía sus lágrimas, no lograba producir ni una sola palabra debido al fuerte llano que no la dejaba emitir ni una sola palabra. No lograba trasmitirle a los demás todo lo que estaba pasando, todo lo que deseaba desechar de su cuerpo, todo ese dolor que no quería seguir sintiendo.
—Mamá...—Logro por fin emitir una palabra entre lágrimas—Sana... tuvo un ataque al corazón, y tengo miedo de que pase algo feo...—Enterró sus uñas en la ropa de su madre—Dime que todo estará bien y que no le pasara nada a ella...
—Dahyun...—Le susurro su madre después de haberla dejado sin ninguna palabra—No todo es un cuento de hadas en esta vida—La abrazo tan fuerte—A veces uno tiene que llorar hasta el cansancio. Este mundo, no es un lugar bonito, hija.
Lo sabía, sabía que el mundo en el que despertaba todos los días, fuera de ser perfecto... era el peor mundo en el que alguien podía nacer. Estuvieron abrazadas durante unos 15 minutos, una enfermera llego con noticias. La madre de Dahyun tuvo que fingir que era la madre de Sana, le dieron un poco de información. No lograba escuchar nada detrás de esas 4 paredes en la que entro su madre para platicar con aquella enfermera. Mina no estaba de mejor animo que ella, esta continuaba agarrando fuertemente su mano en las bancas en las que esperaban tan ansiosas otra respuesta. Quería hablarle a Mina, quería intentar animarla... era tan difícil que su dolor aumentaba. La madre de Dahyun las interrumpió, las llamó por su nombre. Primero llamó a Mina unos minutos, no logro escuchar ni una sola palabra de lo que su madre le susurro al oído, si no hasta después.
—No sé como decirlo—Empezó a contar la madre de Dahyun—Lo siento mucho—Decía entre palabras entre cortadas—No son buenas noticias...
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Yellow (SaiDa)
Ficção AdolescenteEl amarillo se volvió su color favorito, sin conocerlo y si nunca antes verlo. Era por la chica rubia que lograba hacer latir su corazón con el simple tacto de sus manos tocando los suyos, era un sensación tenebrosa que lograba hacer temblar todo su...